Al cierre del tercer trimestre de 2024, el volumen de activos financieros ha alcanzado un nuevo récord con 3,07 billones, por encima de los 3,05 billones contabilizados al término de junio, cuando superó esta barrera por primera vez en la historia. La marca registrada el pasado septiembre consolida esta barrera con un alza del 8,6% con respecto al mismo periodo del año anterior.
Dicho aumento refleja una revalorización en 168.000 millones, que se concentró en participaciones en el capital y fondos de inversión, así como la adquisición neta de activos por valor de 75.500 millones en los últimos doce meses, entre las que destacan los participaciones en fondos de inversión. De hecho, la participación en fondos fue el instrumento que mayor incremento porcentual registró (+1,3%), al contrario que el efectivo y los depósitos, que se redujo dos puntos.
El banco emisor incluye dentro de esta partida el dinero en efectivo y depósitos (1,075 billones), que representan el 35% del total; valores representativos de deuda (41.370 millones); participaciones en el capital y fondos de inversión (1,4 billones, el 47,7%), así como seguros y pensiones (373.178 millones, el 12,1%), entre otros. En relación con el PIB, el volumen de los activos financieros de los hogares e ISFLSH supusieron un 196%, un 3,5% más. De este modo, la riqueza financiera, que se mide por la diferencia entre sus ahorros y las deudas que acumulan, se ha incrementado un 11,7% interanual y superó los 2,3 billones al final del tercer trimestre de 2024, mientras la deuda de empresas y hogares se situó en 1,7 billones. Esa cantidad supone un incremento del 1,6% interanual y representa un 109% del producto interior bruto (PIB) español, por debajo del 114,4% del año anterior.
Hay que diferenciar entre la deuda consolidada de las empresas, que aumentó desde los 988.400 millones del tercer trimestre de 2023 a los 1,016 billones en septiembre de 2024, al tiempo que la de los hogares cae, pasando de los 694.100 millones a 691.900 millones.