Por su parte, la tasa interanual llegó al 5,4% (vs. 4,6% anterior), las mayores tasas de crecimiento desde la primera mitad de 2023, cuando la economía china se recuperaba de un largo periodo de políticas COVID cero.
Dato
El PIB de China creció un 5,4% interanual en el 4T 2024, por encima de lo esperado por el consenso de analistas (5,0% según Bloomberg) y de lo registrado en el trimestre anterior (4,6%). En términos intertrimestrales, el PIB registró un crecimiento del 1,6% (vs. 1,3% en el 2T 2024, revisado 4 décimas al alza), una fuerte aceleración explicada por mejoras generalizadas de la economía en los últimos meses del año, tanto del lado de la demanda interna como del lado de la demanda externa.Los indicadores de actividad mensuales muestran un trimestre de menos a más. En diciembre, la producción industrial registró un crecimiento interanual del 6,2% (5,4% en noviembre, 5,0% en el 3T). También en positivo, las ventas minoristas crecieron un 3,7%, una aceleración con respecto a los meses anteriores (3,0% en noviembre, 2,7% en el 3T). Por su parte, la inversión registró una expansión del 3,2% en el año (3,9% hasta junio).
Valoración
El PIB de China creció un 1,6% en el 4T 2024 respecto al 3T, frente a un crecimiento intertrimestral del 1,3% en el 3T (revisado 0,4 p. p. al alza). Por su parte, la tasa interanual llegó al 5,4% (vs. 4,6% anterior), las mayores tasas de crecimiento desde la primera mitad de 2023, cuando la economía china se recuperaba de un largo periodo de políticas COVID cero. A pesar de que la economía china ha ganado impulso en la segunda mitad del año, todavía muestra focos de debilidad, con el consumo interno y el sector inmobiliario como principales focos de preocupación. El crecimiento registrado este trimestre se ha situado por encima de la previsión del consenso de analistas (5,0% según Bloomberg) y de la previsión de CaixaBank Research (4,1%). En el conjunto de 2024, el PIB de China creció un 5,0%, en línea con el objetivo delineado por las autoridades chinas para el año. Los indicadores de actividad reflejan un 4T mejor de lo esperado e in crescendo. La producción industrial se expandió un 6,2% en diciembre (5,4% en noviembre, vs. 5,0% en el 3T), en un entorno de buen comportamiento de la demanda externa y de mejoras del lado de la demanda interna. Del lado de las exportaciones, el buen trimestre se podría explicar en parte por acopio de bienes chinos en anticipación de una escalada proteccionista inminente (las exportaciones han crecido cerca del 10% en el 4T, frente a un crecimiento promedio inferior al 5% en los nueve meses anteriores) y la demanda interna se está beneficiando del apoyo de las medidas anunciadas desde el verano por las autoridades chinas. Por otro lado, las ventas minoristas crecieron un 3,7% interanual en diciembre (3,8% en el 4T, vs. 2,7% en el 3T), una mejora también visible en indicadores disponibles para el sector de servicios y en indicadores de confianza de consumidores. Por su parte, la inversión en áreas urbanas creció un 3,2% en el conjunto del año (frente a una aceleración del 3,9% en la primera mitad del año), un nivel cercano a lo observado en 2023 (del 3%, el más bajo en la serie histórica, con excepción de 2020), que aun así hay que matizar por las caídas significativas de precios de bienes de capital. Asimismo, el sector inmobiliario muestra algunas señales de estabilización, con una moderación del ritmo de caídas de precios en las mayores ciudades, y una ligera recuperación de las compraventas.
Las presiones deflacionistas parecen haberse moderado a lo largo de los últimos meses. A pesar de que la inflación general ha caído en diciembre al 0,1% (vs. 0,2% en diciembre), un mínimo desde marzo, esto se ha debido principalmente al componente de precios de alimentos (que ha caído del 1,0% al –0,5%). Analizando la dinámica de la inflación núcleo, se ha recuperado hasta el 0,4% en diciembre (desde el 0,1% observado en octubre, un mínimo desde el inicio de 2021), y las presiones deflacionistas del lado de los precios de producción han disminuido en la segunda mitad del año. Los datos de PIB muestran una tendencia similar a nuestro índice de actividad, a partir del cual analizamos la evolución de la economía china utilizando datos de alta frecuencia. El indicador muestra también una aceleración del ritmo de crecimiento interanual en el 4T, con respecto al 3T. La diferencia persistente de niveles entre ambos en los últimos trimestres podría estar explicada porque nuestro indicador incluye variables más correlacionadas con la demanda interna, y no ha incorporado íntegramente el dinamismo de la demanda externa.
Los anuncios de las autoridades chinas parecen haber cumplido objetivos en 2024. ¿Y a partir de 2025? Las medidas de política monetaria y fiscal y los apoyos directos anunciados a algunos de los sectores de la economía más castigados en los últimos años (inmobiliario, gobiernos locales, instituciones financieras más expuestas) seguirán apoyando la actividad a lo largo de los próximos trimestres. En particular, del lado del inmobiliario hay algunas señales alentadoras de mejora, tanto del lado de indicadores de actividad como de confianza, mientras que el apoyo de gobiernos locales al sector podría desplegarse de manera más contundente en los próximos meses, a medida que se vayan lanzando las emisiones de deuda para adquisición de activos inmobiliarios, lo que podría ayudar a absorber parte del stock de vivienda vacía en el balance de las promotoras y estabilizar la confianza en un sector clave. Sin embargo, los retos de medio plazo persisten. La contracción del sector de la construcción seguirá probablemente durante años, mientras que el sector exterior se enfrenta a un periodo de elevada turbulencia.
Con la introducción de nuevos aranceles y otras medidas restrictivas de comercio, la competencia tecnológica entre bloques seguirá obstaculizando los flujos de comercio e inversión, aunque se puedan desarrollar nuevos destinos y rutas de comercio, que, en conjunto con la depreciación del yuan, podrían reducir el impacto de nuevas barreras comerciales. Con todo esto, quizás los mayores retos para la economía china en adelante sigan siendo el desequilibrio estructural entre ahorro y consumo, y el declive demográfico.
Tras la publicación del dato del 4T 2024, nuestra previsión de crecimiento de la economía china para 2025, en torno al 4,0%, presenta riesgos al alza. La incorporación del dato del 4T (y de la revisión del 3T) situaría «mecánicamente» nuestra previsión para este año en torno al 4,5%, mientras que el escenario geopolítico global trae riesgos a la baja, con una probable escalada proteccionista que afectará los flujos globales de comercio.