«Se espera que la inflación regrese a nuestro objetivo de mediano plazo del 2% en el transcurso de este año, con riesgos tanto al alza como a la baja. Una mayor fricción en el comercio mundial haría más inciertas las perspectivas de inflación de la zona del euro», ha asegurado durante su intervención en el Parlamento Europeo. La inflación de la eurozona se situó en el 2,5% en enero, y Lagarde cree que «recientemente ha evolucionado en línea con las proyecciones del personal técnico».
«La inflación subyacente se ha mantenido en el 2,7% en los últimos meses, lo que refleja un movimiento lateral tanto en la inflación de servicios como de bienes. El crecimiento de los salarios se está moderando como se esperaba, aunque sigue siendo elevado, mientras que las ganancias están amortiguando parcialmente el impacto de los aumentos salariales sobre la inflación», ha agregado.
La presidenta del BCE cree que «el proceso de desinflación en la zona euro va por buen camino», ya que «la mayoría de las medidas de inflación subyacente sugieren que la inflación se estabilizará en torno a la meta de manera sostenida». «Y si bien las condiciones de financiación siguen siendo estrictas, nuestros recientes recortes de las tasas de interés están abaratando gradualmente el endeudamiento. Estamos decididos a garantizar que la inflación se estabilice de manera sostenible en nuestro objetivo de mediano plazo del 2%», ha añadido.
En lo que respecta a las futuras decisiones sobre tipos de interés, el banco central seguirá «un enfoque dependiente de los datos y reunión a reunión para determinar la postura de política monetaria adecuada». «No nos estamos comprometiendo previamente con una trayectoria de tipos particular», ha concluido.