Enero marcó el quinto mes consecutivo de aumento de la inflación general, que se situó en niveles no vistos desde junio, y la núcleo, que se había moderado el mes pasado, volvió al 3,3%, el nivel al que estuvo estancada durante el segundo semestre del año pasado. En balance, los datos de enero no sugieren un buen progreso del proceso desinflacionista. La última milla de la inflación no será un camino fácil, y aunque enero puede ser tan solo una piedra en el camino, este dato solo servirá para reforzar la cautela que tomará la Fed de cara a 2025.
Datos
La inflación general aumentó 0,1 p.p. en enero hasta 3,0%, y la inflación núcleo, que excluye alimentos y energía, también aumentó 0,1 p.p. hasta el 3,3%.En términos intermensuales y desestacionalizados, el IPC general registró un avance de +0,5% (+0,4% en diciembre), mientras que la rúbrica núcleo avanzó un +0,4% (+0,2% el mes anterior).
Valoración
El ligero repunte de la inflación ha sido una sorpresa frente a las previsiones del consenso que, según Bloomberg, anticipaban una estabilización de la general en el 2,9% de diciembre y una pequeña moderación en la núcleo al 3,1%.Enero marcó el quinto mes consecutivo de aumento de la inflación general, que se situó en niveles no vistos desde junio, y la núcleo, que se había moderado el mes pasado, volvió al 3,3%, el nivel al que estuvo estancada durante el segundo semestre del año pasado.
Enero suele ser un mes de ajustes de precios y en el que suelen aparecer elementos rezagados de estacionalidad, como sucedió en 2024 cuando la inflación sufrió un rebote que acabó siendo temporal. Sin embargo, las variaciones intermensuales desestacionalizadas apuntan a unas variaciones anualizadas del 5,7% para la general y de 5,5% para la núcleo, por encima de las observadas en enero del año anterior (4,1% y 4,5%, respectivamente), y unos momentumus1 de 3,7% y y 3,5% para la general y la núcleo, sugiriendo una persistencia y repunte de ciertas presiones inflacionarias.
El aumento de la inflación general se debió, en gran parte, a los volátiles precios de la energía que, en términos intermensuales, aumentaron un +1,1% (vs. una variación promedio de +0,1% en 2024), impulsando la variación anual al 1,0%. La inflación de los alimentos se estancó en el 2,5% –su nivel más alto desde hace un año—tras haber repuntado por cinco meses consecutivos.
El ligero repunte de la inflación núcleo se debió a una menor caída de los bienes no energéticos (-0,1% vs. -0,5% en diciembre), pues en términos intermensuales se aceleraron prácticamente todas las partidas, y muy notablemente los coches usados (+2,2%). Mejores noticias vinieron de los servicios, cuyo ritmo de avance se moderó una décima hasta el 4,3%, pero que en general se mantienen en cotas muy elevadas. Por ejemplo, la inflación de los servicios de transporte aumentó al 8% y el shelter (vivienda) se situó en 4,4%. En términos intermensuales, ambos (que son los servicios que más pesan en la totalidad de la cesta) se han acelerado en los últimos tres meses. En balance, los datos de enero no sugieren un buen progreso del proceso desinflacionista. La última milla de la inflación no será un camino fácil, y aunque enero puede ser tan solo una piedra en el camino, este dato solo servirá para reforzar la cautela que tomará la Fed de cara a 2025.De hecho, tras la publicación del dato, los mercados de futuros han retrasado la expectativa del próximo recorte de tipos de interés del verano hacia finales del año, y han eliminado casi del todo la probabilidad de una segunda bajada. El reajuste de expectativas ha conllevado un repunte en los tipos de interés soberanos de hasta 10 p. b. a lo largo de la curva, y la bolsa americanas caen más de un -0,50% al cierre de esta nota. Por su parte, el dólar se ha apreciado ligeramente.