La organización que dirige el empresario Cuerva sostiene que el empleo asalariado ha crecido un 27,8% en las grandes compañías desde 2018, frente a un 0,9% en las microempresas. Si se hubiese mantenido el ritmo de crecimiento en ambos sectores que se vio entre 2013 y 2018 (un 22,3% y un 10,3%, respectivamente), las micropymes contarían actualmente con 350.000 empleados más.
Este razonamiento implica atribuir exclusivamente a las subidas del SMI esa brecha en el empleo. No obstante, hay que tener en cuenta que una parte del crecimiento del empleo entre 2013 y 2018 obedeció a la recuperación económica tras la gran crisis financiera, que comenzó a verse en 2014.
En ese sentido otros estudios cuestionan esa afirmación e incluso alguno como el elaborado por la fundación Iseak a petición del Ministerio de Trabajo, reflejan un impacto nulo a corto plazo, pero que aumenta gradualmente en el tiempo. No obstante, un estudio del Banco de España publicado en 2021 estimó que la subida del SMI de 2019 evitó la creación de entre 100.000 y 180.000 puestos de trabajo.
Por otra parte, señala que el salario mínimo ya supone más 70% del sueldo medio neto a jornada completa en las pymes. Además, superaría el 60% de la retribución promedio en 42 provincias del país y en 13 autonomías (todas salvo Cataluña, Navarra, País Vasco y Madrid). Para la organización empresarial el salario mínimo se ha incrementado, pese a que la productividad media por ocupado en el último trimestre del año era un 2,3% inferior. Algo que, según sostiene Cepyme, podría provocar alzas de precios y pérdida de competitividad. También trasladan que la retribución más baja legal ha crecido más que las ventas de las pymes desde 2018, lo que ha contribuido a presionar los márgenes de las empresas, reduce su capacidad de inversión y solvencia, sostienen.