El documento, incluye en la agenda la negociación de la quita de la deuda, pero también el reparto de los beneficios por el impuesto extraordinario a la banca Es una cumbre autonómica financiera muy importante para las comunidades, pero que pilla con el pie cambiado a la vicepresidenta Montero, que llegará a esta reunión recién encumbrada también como lideresa de los socialistas andaluces. Y esto la obliga a hacer difíciles equilibrios entre los compromisos firmados con ERC y con Junts, en relación con la financiación singular (privilegiada) para Cataluña, y sus obligaciones con el resto de autonomías, empezando por aquella por la que ya compite por su presidencia con el popular Moreno. Hacienda descafeinó esta convocatoria del CPFF al dejar fuera la financiación autonómica, tema sobre el que hay un consenso implícito de que no habrá ningún acuerdo en lo que queda de Legislatura. Y a pesar de que desde el Gobierno se insista en mantener esa llama encendida, como tantas otras que forman parte del juego de postureo que mantienen con sus socios independentistas.
En cuanto a la quita de la deuda, la incertidumbre se impone sobre cuál puede ser el resultado final de la negociación. El acuerdo exige cumplir con la exigencia de ERC, firmada en el pacto de investidura de Salvador Illa, de que se condone el 20 por ciento de la que tiene pendiente la Generalitat por el uso del Fondo de Liquidez Autonómico (FLA). Ahora está por ver qué ofrece Hacienda al resto de comunidades, cuáles son los criterios que se aplican para determinar qué porcentaje de deuda entra en la quita y qué se hace con aquellas comunidades, como Madrid, que han cumplido siempre con sus deberes y no han recurrido nunca al FLA.
La parte que no cuenta el Gobierno, o que las comunidades quieren ignorar, es que recurrir a la quita las coloca en una situación complicada para volver a acceder a los mercados financieros. De lo que puede deducirse que la intención es hacer borrón y cuenta nueva, pero seguir recurriendo a este mecanismo de financiación que se suponía que iba a ser extraordinario.