En efecto, apenas diez días después de que el presidente de Prisa Media, Carlos Núñez, anunciara el lanzamiento de una nueva cadena de televisión, el consejo de administración ha rechazado hoy por mayoría participar en el proyecto. Según se ha sabido, Oughourlian, ha argumentado en la reunión que si la empresa participaba, la refinanciación de 800 millones no saldría adelante, por lo que, gracias a su mayoría, y con el apoyo de Vivendi, la editora de El País y la Cadena SER no participará.
En un principio, estaba prevista que Prisa tuviera el 30% del capital y que el 70% quedara en manos de los accionistas españoles. Este grupo está liderado por José Miguel Contreras, director de Contenidos del grupo y cuenta con el respaldo de otros accionistas, como Global Alconaba, una firma encabezada por Andrés Varela, uno de los fundadores de Globomedia, con un 7% del capital; Adolfo Utor, propietario de Balearia, que tiene otro 5,4%, y Diego Prieto, fundador y presidente del Grupo SSG, una compañía dedicada al transporte sanitario, con otro 3,1%. Fuentes próximas a estos accionistas explican que «la televisión saldrá adelante con o sin Prisa ya que la sociedad está constituida y nos presentaremos al concurso, sin descartar tampoco el alquiler de una licencia si no fuera posible obtenerla».
Con la paralización del proyecto de la televisión por parte de Prisa, Oughourlian lanza un nuevo órdago al Gobierno, con el que el enfrentamiento es ya total. De hecho, la guerra abierta en el capital de Prisa se ha trasladado a Indra. Y es que el inversor francés, primer accionista de la editora del El País y de la Cadena SER con un 29,5% del capital, es propietario a su vez del 7,24% de la firma tecnológica, estando en ambos casos entre la espada y la pared debido al fuerte enfrentamiento con Moncloa. Según confirman fuentes próximas a Oughourlian, el inversor estaría buscando ahora una salida en ambos casos ante una situación que considera ya «insostenible», especialmente después de que en las últimas semanas haya estado buscando un acercamiento al Partido Popular y, especialmente a Núñez Feijóo, lo que no ha sentado nada bien en Moncloa. El objetivo del Gobierno y de los accionistas españoles es lograr los apoyos necesarios para forzarle a la venta de los medios o, al menos, a que se desprenda de su participación.
Oughourlian ha renunciado, sin embargo, a su idea de segregar el negocio americano para evitar un mayor enfrentamiento con la cúpula directiva, en un movimiento con el que pretendía restar poder al actual presidente ejecutivo de Prisa Media, Carlos Nuñez. Con este proyecto, que iba a ir en principio a ir inicialmente también al consejo, pero que finalmente no se ha votado, pretendía impulsar el negocio americano al margen del grupo, sin descartar incluso una posible venta.
Prisa ha anunciado hoy que los ingresos en 2024 han ascendido a 920 millones de euros, lo que supone una caída del 3% en comparación con los 947 millones en el 2023. «Los ingresos han estado afectados en la comparativa con 2023, por efectos extraordinarios», explica el grupo, que ha registrado unas pérdidas de 11,6 millones de euros, frente a unos números rojos de 32,5 millones en 2023.