Según dijo, «no tiene ninguna característica especial» y lo enmarcó en la realidad de tener las cuentas prorrogadas de nuevo, por lo que se pueden realizar modificaciones y trasladar fondos de otras partidas o usar los no ejecutados del ejercicio anterior. Sobre todo, porque ya ha gastado el Fondo de Contingencia de este año.
Según la ministra, «son modificaciones muy similares a las que hicimos en años anteriores». De hecho, insistió en el mantra de Sánchez de evitar la palabra «rearme» y habló de «tecnologías híbridas o tecnologías de doble uso».
Así evitan hablar de armamento, pese a ser conscientes de que el Gobierno arrastra una hipoteca de miles de millones por los Programas Especiales de Modernización (antes llamados «de Armamento»), entre los que se encuentran proyectos vitales para las Fuerzas Armadas como los blindados 8×8, los submarinos S-80, las fragatas F-110 o misiles.
Además, la ministra señaló que Sumar, su socio, está al corriente y «sabe perfectamente cuáles son esas partidas y no ha habido problema en poder tramitarla como en años anteriores». Eso sí, no es la primera vez que el Gobierno trata de meter esos 2.084 millones en el Consejo de Ministros, al menos a lo largo de marzo, ya habría intentado sin éxito añadirlos al orden del día.