El organismo que preside Herrero sitúa en el 5,6% el avance que experimentará el gasto en pensiones de la Seguridad Social durante el 2025, tras redimensionar el efecto que tendrá la incorporación de nuevos jubilados, que acceden con una pensión media significativamente más elevada que la que tienen aquellos que causarán baja en este ejercicio.
La AIReF aprovechó el informe sobre los presupuestos iniciales de las diferentes comunidades autónomas para actualizar la estimación del mes de noviembre, cuando se esperaba que el gasto creciera solo un 4,9%. «Este ajuste se fundamenta en la revisión del impacto del efecto sustitución, que se incrementa hasta el 1,2%, cuatro décimas por encima del 0,8% estimado previamente» señala la autoridad. Este efecto sustitución refleja la diferencia entre la pensión media que perciben los nuevos jubilados y la nómina de los que fallecen y es uno de los elementos clave para explicar el crecimiento del gasto en las últimas décadas. Con este informe, el organismo de control fiscal advierte que los últimos datos apuntan que este año este elemento pesará más de lo previsto inicialmente. Las últimas estadísticas compartidas por Seguridad Social corresponden al mes de febrero, cuando las nuevas pensiones eran de media un 26,69% más altas que las que salían del sistema. En concreto, superaban en 348,7 euros de media a los de aquellos que fallecían, la que era la diferencia más elevada para este mes desde el año 2022, cuando se introdujo la revalorización anual vinculada al IPC por la primera parte de la reforma.
De forma que si en el mes de noviembre la AIReF esperaba que la contribución del efecto sustitución al crecimiento del gasto en pensiones se redujese notablemente respecto a 2024, cuando lo había impulsado en 1,3 puntos porcentuales, ahora proyecta que jugará un rol muy similar, de 1,2 puntos. No obstante, a la espera de que el organismo actualice su previsión a medio plazo en mayo, apunta a que esta variable perderá peso de forma progresiva en el esquema del aumento del gasto en pensiones hasta el final de la década, puesto que en 2029 se proyecta que explique solo 0,9 puntos del avance.
Sin embargo, la revalorización anual de las pensiones, vinculada a la inflación también tiene un peso clave en esta revisión, al explicar tres de las siete décimas del ajuste. La subida generalizada de los precios se ha moderado en los últimos meses por el abaratamiento de la energía que ha llevado el IPC del mes de marzo al 2,3%, por lo que su contribución será más reducida que en los años anteriores. Si bien, se mantiene como una cuestión de peso al generar progresivamente un efecto bola de nieve. El resto del aumento se explica por haber un mayor número de pensionistas y por las medidas destinadas a elevar las nóminas o cubrir ciertas lagunas en la carrera de cotización.
Este nuevo informe supone una nueva llamada de atención por parte de la AIReF después de señalar que la última reforma al sistema de pensiones no había mejorado la sostenibilidad a largo plazo. La autoridad fiscal descartó nuevos ajustes en el sistema al refrendar que el gasto medio no iba a sobrepasar el límite del 13,2% entre 2022 y 2050. En concreto, estimó un crecimiento del gasto en pensiones de 3,4 puntos del PIB hasta 2050, que estará impulsado principalmente por la revalorización y el número de las pensiones. A partir de esa década, el efecto sustitución volverá a ganar peso en el crecimiento del gasto en pensiones, a medida que se distensiona el sistema.