Esta decisión, en línea con lo anticipado por el mercado, se ha tomado en busca de más claridad sobre los aranceles de Donald Trump. «El Consejo de Gobierno procederá con cautela, prestando especial atención a los riesgos e incertidumbres a los que se enfrenta la economía canadiense». Y es que, según ha reconocido el organismo, el «importante cambio de dirección» de la política comercial de Estados Unidos y la «imprevisibilidad» de las tarifas han aumentado la incertidumbre, disminuido las perspectivas de crecimiento económico y aumentado las expectativas de inflación.
«La incertidumbre generalizada hace que sea inusualmente difícil proyectar el crecimiento del PIB y la inflación en Canadá y en todo el mundo», ha subrayado. En este sentido, el BoC, en el ‘Informe de Política Monetaria (TPM)’ de abril ha presentado dos escenarios que exploran diferentes caminos para la política comercial de Estados Unidos.
Así, en el primer escenario, «la incertidumbre es alta, pero las tarifas tienen un alcance limitado». El crecimiento canadiense se debilita temporalmente y la inflación se mantiene en torno al objetivo del 2%. En el segundo escenario, una guerra comercial prolongada hace que la economía de Canadá caiga en recesión este año y que la inflación supere temporalmente el 3% el próximo año. «Son posibles muchos otros escenarios de política comercial. También existe un grado inusual de incertidumbre sobre los resultados económicos en cualquier escenario, ya que la magnitud y la velocidad del cambio en la política comercial de Estados Unidos no tienen precedentes», ha señalado.
De hecho, el BoC ha indicado que, en Canadá, la economía se está desacelerando a medida que los anuncios de aranceles y la incertidumbre reducen la confianza de los consumidores y las empresas. «El consumo, la inversión residencial y el gasto empresarial parecen haberse debilitado en el primer trimestre. Las tensiones comerciales también están perturbando la recuperación del mercado laboral. El empleo disminuyó en marzo y las empresas informan planes para reducir sus contrataciones. El crecimiento de los salarios sigue mostrando signos de moderación».
Además, anticipa que los aranceles y las interrupciones de la cadena de suministro harán subir algunos precios. «La presión alcista que esto ejerza sobre la inflación dependerá de la evolución de los aranceles y de la rapidez con que las empresas trasladen los mayores costes a los consumidores. Las expectativas de inflación a corto plazo han aumentado, ya que las empresas y los consumidores anticipan mayores costos por conflictos comerciales e interrupciones del suministro. Las expectativas de inflación a largo plazo han cambiado poco». Por todo ello, el Consejo de Gobierno seguirá evaluando el momento y la intensidad de las presiones a la baja sobre la inflación derivadas de una economía más débil y de las presiones al alza sobre la inflación derivadas del aumento de los costes. «Nos centraremos en garantizar que los canadienses sigan confiando en la estabilidad de precios durante este período de agitación mundial. Esto significa que apoyaremos el crecimiento económico al tiempo que nos aseguramos de que la inflación se mantenga bien controlada».
«La política monetaria no puede resolver la incertidumbre comercial ni compensar los impactos de una guerra comercial. Lo que puede y debe hacer es mantener la estabilidad de precios para los canadienses», ha concluido el BoC.