En 2.030 habrá 33 millones seiscientas mil personas de 16 a 66 años. La población en edad de trabajar seguirá contrayéndose paulatinamente hasta 2.050 y no empezará a recuperarse hasta 2.070. Durante ese periodo, los mayores de 60 años pasarán a ser el 30% de la fuerza laboral en nuestro país. Ahora son el 20%. En cuanto al número de habitantes, rebasaremos los 52 millones a partir de 2050, por longevidad y por la inmigración que, sin embargo, no será suficiente para evitar el descenso de personas en edad de trabajar.
El porcentaje de dependientes (menores de 16 años y mayores de 66) se elevará del 48% actual a casi el 70% en 25 años. Y la edad mediana subirá 4 años, hasta los 49. Ahora está en 45.
El peor momento, prevé la autoridad fiscal, será la década de 2.040, con una caída del crecimiento económico potencial del 0,4%. El envejecimiento de la población contribuirá también a un descenso del paro. En 2.070 será del 7%, por la jubilación de los nacidos en 1.960 y 1.970. Un 65,5% de la población será menor de 16 años o mayor de 66, los tramos de edad considerados dependientes.
La proyección es similar a la europea, pero la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal no descarta que España pueda requerir medidas adicionales. La productividad por hora trabajada será el motor del crecimiento económico ante la falta de mano de obra. Contribuirá con 1,1 punto porcentuales al crecimiento de la economía, frente a los 0,2 puntos porcentuales que aportará el factor trabajo.