Nadie, salvo quizá Benedicto XVI, puede saber qué emociones recorrieron al sacerdote argentino en ese momento. Ante los doscientos mil fieles congregados en la plaza de San Pedro, el hombre que acaba de elegir el nombre de Francisco tomó el relevo del pontífice alemán e inauguró un pontificado de reformas.
Una Iglesia para las periferias
«En cuanto al próximo Papa, necesitamos un hombre que, partiendo de la contemplación y la adoración de Jesucristo, ayude a la Iglesia a ir más allá de sí misma, hacia las periferias existenciales de la humanidad». El primer pontífice argentino de la historia estaba convencido de que una Iglesia autorreferente y autosuficiente es una Iglesia que agoniza. Las llamadas periferias existenciales, «donde reside el misterio del pecado, del dolor, de la injusticia… donde están todas las miserias».
La emergencia ecológica
Pocas veces una encíclica ha tenido tanta repercusión. Laudato si, el texto del Papa Francisco sobre la salvaguarda de nuestra casa común. Al igual que Barack Obama, entonces presidente de los Estados Unidos, decenas de jefes de Estado expresaron su admiración por la decisión del Papa «de hacer un llamamiento a la acción sobre el cambio climático de manera clara y firme, y con toda la autoridad moral que le confiere su cargo»
Francisco recopiló toda la enseñanza de la Iglesia sobre la ecología con un nuevo y audaz estilo.
La crisis migratoria
8 de julio de 2013: el Papa Francisco llevaba apenas unas semanas instalado en el trono de Pedro cuando decidió visitar la pequeña isla italiana de Lampedusa para «llorar a los muertos» de la inmigración. Frente al mar, tras un largo momento de meditación, arrojó una corona de flores en memoria de los miles de ahogados en el Mediterráneo, un mar que, con la crisis, se ha convertido en un «gran cementerio» –entre 2014 y 2020, más de 20.000 inmigrantes morirán en el Mediterráneo, según la ONU–. Este gesto fue el primero de muchos.
La paz mundial
Cada año, en octubre, su nombre aparecía cuando se trataba de predecir el ganador del Premio Nobel de la Paz. Al final, Francisco nunca lo recibió. Sin embargo, el 266º sucesor de Pedro nunca dejó de trabajar por la resolución o el apaciguamiento de numerosas crisis.
La sinodalidad
La tarde de su elección, en la Logia de la Basílica de San Pedro, el Papa Francisco dejó su impronta al presentarse como un simple obispo y referirse a la Iglesia de Roma como «la Iglesia que preside todas las Iglesias en la caridad».
Explicando en su primera encíclica, Evangelii Gaudium, que «la excesiva centralización, en lugar de ayudar, complica la vida de la Iglesia y su dinámica misionera», el pontífice argentino multiplicó muy pronto las iniciativas para avanzar hacia un gobierno más colegial.
Los abusos sexuales
Siguiendo los pasos de Benedicto XVI, el Papa Francisco está decidido a librar una «batalla sin cuartel» contra los abusos sexuales a menores y personas vulnerables en la Iglesia. Un año después de su elección, creó una comisión para proponer «las iniciativas más adecuadas» para garantizar que «crímenes como los que han tenido lugar no se repitan nunca más».
En agosto de 2018, ante el aumento de las revelaciones, el pontífice publicó una Carta al Pueblo de Dios en la que señalaba al clericalismo como una de las principales causas de los abusos y pedía a los católicos que ayunaran y rezaran. A esta carta siguió la convocatoria de una cumbre especial sobre abusos en Roma en febrero de 2019. Unas semanas después, se publicó el motu proprio Vos estis lux mundi. Marca un verdadero punto de inflexión en la lucha contra los abusos, obligando a todos los clérigos y religiosos, por ejemplo, a denunciar cualquier abuso del que tengan conocimiento. También obliga a todas las diócesis del mundo a establecer uno o varios «mecanismos estables y de fácil acceso» para denunciar los abusos sexuales a menores. También establece un procedimiento para investigar a obispos o superiores sospechosos de delitos o de encubrirlos.
Francisco no se detiene ahí. En diciembre de 2019, suprime el secreto pontificio que cubría los procedimientos en materia de pederastia. Y en mayo de 2021, llevó a cabo una importante revisión de un capítulo del Código de Derecho Canónico relativo a las sanciones graves. Por fin se incluyeron los delitos contra menores. Además, la publicación de un informe sin precedentes sobre el ex cardenal McCarrick –culpable de numerosos abusos sexuales– demuestra la voluntad del pontífice de llegar al fondo de los fallos de la Santa Sede, que durante años no hizo nada para frenar su ascenso.
La lucha contra el clericalismo
Desde el inicio de su pontificado en 2013, el Papa Francisco alertó a los obispos latinoamericanos contra el clericalismo, un mal cuyas causas explicó como una «falta de libertad cristiana».
Al mismo tiempo, Francisco no ha dejado de denunciar el riesgo de «clericalizar a los laicos». Tal visión puede explicar su decisión de no avanzar en la cuestión de la ordenación de hombres casados al final del Sínodo sobre la Amazonia en octubre de 2019, cuyas conclusiones, sin embargo, llamaron a la apertura.
Al mismo tiempo, el nombramiento de algunos laicos en puestos clave, como Paolo Ruffini, elevado al rango de prefecto del dicasterio para la comunicación en 2018 y primer jefe laico de un dicasterio en la historia del Vaticano, ilustra su voluntad de reforzar el lugar de los laicos en la institución. El pontífice también lanzará fuertes admoniciones a los diáconos, recordándoles su papel de servicio y aconsejándoles que se alejen del altar para no convertirse en «medio sacerdotes».
El lugar de la mujer
«Sufro […] cuando veo, en la Iglesia […] que el papel de servicio de la mujer se desliza hacia un papel de servidumbre», declaró el Papa al inicio de su pontificado en agosto de 2013.
Aunque Francisco cerró la puerta a la ordenación de mujeres al diaconado en su exhortación apostólica Querida Amazonia en 2020 y advirtió en varias ocasiones contra la tentación de «funcionalizar» la vocación femenina, llamó no obstante a seguir reflexionando sobre el diaconado femenino y sobre el «principio mariano» que debe regir la Iglesia junto al «principio petrino», esencialmente masculino.
El pontificado también está marcado por el nombramiento de varias mujeres para altos cargos en el Vaticano.
La reforma de la Curia y la transparencia financiera
«Alzheimer espiritual», «rostro sombrío», «rumor», «calumnia», «chismorreo», «beneficio mundano», «exhibicionismo»… En su ya célebre discurso sobre las quince enfermedades de la Curia romana pronunciado en la Navidad de 2014, el Papa Francisco no perdonó a su administración.
Además de reformar los órganos de comunicación de la Santa Sede y agrupar los consejos pontificios, el Papa y su Consejo abordaron la gestión de las finanzas vaticanas. La hoja de ruta era clara: lucha contra la corrupción y el blanqueo de dinero, transparencia, simplificación y clarificación de los procesos de toma de decisiones.
El 19 de marzo de 2022, tras 9 años de trabajo, el Papa publicó por fin la nueva Constitución Apostólica que reforma la Curia Romana. Titulada Praedicate Evangelium («Proclamad el Evangelio»), sustituye a la constitución Pastor Bonus publicada por Juan Pablo II en 1988.
Diálogo con el islam
Quizás uno de los temas principales del pontificado, el diálogo con el islam ha alcanzado un nivel sin precedentes bajo Francisco, después de que las relaciones con los musulmanes hubieran llegado a un punto muerto tras los malentendidos suscitados por el discurso de Benedicto XVI en Ratisbona en 2006.
En una década marcada por el terrorismo islamista y la crueldad de Daesh en Oriente Medio en particular, el Papa ha intensificado sus encuentros con dignatarios musulmanes. Su credo: la cultura del encuentro es la única alternativa a «la barbarie de quienes avivan las llamas del odio», explicó en una conferencia sobre la paz organizada en la universidad egipcia de Al-Azhar en 2017.
El ecumenismo
Esta es una de las grandes imágenes del pontificado. El 12 de febrero de 2016, casi mil años después del gran cisma de 1054, el jefe de la Iglesia católica se reunió por primera vez con el Patriarca ortodoxo de Moscú.
Este encuentro histórico, que tuvo lugar en el aeropuerto de Cuba, selló el estrechamiento de las relaciones entre las dos Iglesias. Le siguieron numerosos intercambios artísticos y religiosos, entre ellos el préstamo de las reliquias de San Nicolás de Bari a la Iglesia ortodoxa rusa. Sin embargo, la política de acercamiento se interrumpió bruscamente cuando, el 24 de febrero de 2022, las tropas rusas invadieron Ucrania, con la bendición del Patriarca Kirill.
Disputas litúrgica
El 16 de julio de 2021, el Papa argentino causó sensación con el motu proprio Traditionis Custodes, que derogaba la decisión tomada por Benedicto XVI en 2007 de ampliar las posibilidades de celebrar la misa según el misal de 1962, calificado de «forma extraordinaria del rito romano». Este término fue abandonado por Francisco, que ahora prefiere hablar del «rito antiguo», destinado a extinguirse con las generaciones formadas antes del Concilio. Esta decisión provocó una gran incomprensión en los sectores más tradicionales de la Iglesia católica, en particular en Francia y Estados Unidos.
Sin embargo, en febrero de 2022, el Papa confirmó el derecho de la Fraternidad de San Pedro a celebrar según el rito anterior al Concilio, ya que esta comunidad, fiel al Papa, había sido fundada específicamente con este fin.