La CNMC, reunida en sesión extraordinaria, ha decidido aprobar la propuesta del BBVA con las condiciones planteadas por el banco vasco para garantizar la competencia bancaria en España, aunque con condiciones. Tras dos fases de análisis y casi un año de proceso, el organismo ha aprobado la operación con compromisos salvables para BBVA, con la exigencia de unos cambios no demasiado problemáticos para BBVA, orientados a reforzar la protección de las empresas en algunas zonas -en su mayoría pymes y sobre todo Cataluña y Comunidad Valenciana- que podrían verse más afectadas en la capacidad crediticia.
Tras esta decisión, el siguiente paso será la revisión de la fusión por parte del Ministerio de Economía, que tendrá 15 días para decidir si eleva la oferta presentada al Consejo de Ministros, que abrirá la Fase 3 con un nuevo plazo de otros 30 días en los que analizará la operación y sus posibles consecuencias en el mercado bancario y crediticio español el Gobierno debe decidir si aplica o no nuevas condiciones a la operación, fuera ya del ámbito de la competencia.
El Ejecutivo tendrá dos opciones: aceptar el informe de Competencia sin imponer nuevas condiciones, lo que aceleraría el final de la operación, o activar un posible veto, lo que implicaría una OPA sin fusión, que obligaría a BBVA a reflejarlo en el folleto que aprobará la CNMV antes de abrir el periodo de aceptación. En este punto sería ya el turno de los accionistas, que tendrían la opción de admitir o rechazar la oferta. Si un accionista no se pronuncia, equivale a rechazar la operación, lo que perjudicaría a BBVA si la votación se produce entrado en verano. Según la normativa vigente, el periodo de aceptación se puede desarrollar en un plazo de entre 15 y 70 días.
La entidad que preside Carlos Torres necesita la aceptación de más de la mitad de los derechos de voto efectivos de Banco Sabadell y sabe que la parte minorista se ha mostrado reacia a la unión por el fuerte arraigo con el territorio catalán de buena parte de este colectivo y por la afectación crediticia a las pymes de aquel territorio.
Aunque BBVA ha defendido que estaría dispuesta a aceptar una OPA sin fusión porque las sinergias estimadas en un principio -por valor de 850 millones de euros brutos al año- seguirían siendo positivas y podrían mantenerse en su mayoría, desde Banco Sabadell creen que sería una error que afectaría negativamente a ambas entidades, que no contarían con el consenso del mercado. Esta misma semana, el consejero delegado del BBVA, Onur Genç, ya ha advertido de que si el Gobierno acaba exigiendo compromisos que hagan inviable la operación a ojos del BBVA, el banco tiene la opción de retirar la oferta. «Si se imponen condiciones que socaven la posibilidad de generar valor, tendremos que renunciar», defendió el número dos del BBVA quien, no obstante, insistió en que la operación es «buena para las dos partes», porque el grupo fruto de la unión del BBVA y el Sabadell tendrán capacidad de prestar 5.000 millones más de euros cada año.
Genç también reiteró que la oferta sobre el Sabadell es inamovible e incluye una prima del 30% respecto a los precios de hace un año, que llega al 50% en la media de los tres meses previos al anuncio. «Este sobreprecio no se ha visto en ninguna de las ofertas anunciadas en estos tiempos ni tampoco en el pasado por eso ha repetido que no tenemos ni intención ni necesidad de revisar el precio, con independencia de que los ratios de capital del BBVA sigan mejorando».