La decisión ha estado en línea con lo esperado por el consenso y se produce en un contexto de tensiones comerciales globales, mientras Estados Unidos presiona a los países para que firmen acuerdos comerciales bajo la amenaza de aranceles recíprocos.
Japón ha registrado una inflación general superior al objetivo del 2% del Banco de Japón durante 36 meses consecutivos, lo que le da al banco central margen para aumentar las tasas de interés mientras busca normalizar su política monetaria respaldado por un ciclo virtuoso de crecimiento de salarios y precios. Sin embargo, los aranceles de Trump han complicado los planes de aumentar las tasas.
El banco central ha rebajado perspectivas de inflación y crecimiento. Espera ahora que la inflación se sitúe entre el 2% y el 2,5% en el año fiscal 2025 y entre el 1,5% y el 2% en el año fiscal 2026. También indica que el IPC probablemente se ubique en torno al 2% en el año fiscal 2027. Respecto al PIB, estima que crecerá entre un 0,4% y un 0,6% en el año fiscal 2025 frente a la estimación anterior de enero situada entre el 0,9% y 1,1%. Para el año fiscal 2026, anticipa un crecimiento de entre el 0,6% y el 0,8% frente a su previsión previa de enero situada entre el 0,8% y el 1,0%. Y, para 2027, espera un crecimiento de entre el 0,8% y el 1,0%.
El Banco de Japón añadió que existen diversos riesgos para las perspectivas. «En particular, es extremadamente incierto cómo evolucionarán las políticas comerciales y otras políticas en cada jurisdicción, y cómo reaccionarán la actividad económica y los precios en el extranjero ante ellas. Por lo tanto, es necesario prestar especial atención al impacto de estos acontecimientos en los mercados financieros y cambiarios, así como en la actividad económica y los precios en Japón».