Previsiblemente ocurrirá lo segundo, dado que el Ejecutivo de Pedro Sánchez se ha opuesto desde el inicio a la OPA. En ese caso, el Consejo de Ministros contará con un plazo adicional de 30 días naturales para estudiar la operación y proponer nuevos compromisos de interés general, suavizar o endurecer las condiciones propuestas por la CNMC, o bien aprobarla tal como está.
Una vez superado este filtro gubernamental, BBVA necesita obtener la autorización de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) para el folleto definitivo de la oferta. La entidad deberá presentar un folleto actualizado que incluya el impacto financiero estimado de la operación, dirigido a los accionistas de Sabadell. Cabe señalar que BBVA aún tiene la opción de retirarse de la operación si considera que las condiciones actualizadas tras la intervención del Gobierno en la Fase 3 hacen que la operación deje de ser suficientemente atractiva.
Superadas estas etapas, se abrirá el periodo de aceptación de la OPA por parte de los accionistas. La normativa española establece que este proceso debe durar entre 15 y 70 días naturales, aunque en este caso el mínimo será de 30 días por estar también sujeta a regulación de la SEC dado que BBVA cotiza en mercados estadounidenses. La oferta será válida si logra el respaldo de al menos el 50% más una acción del capital con derecho a voto, excluyendo las acciones en autocartera.
Si la OPA tiene éxito, BBVA, tras tomar el control del Consejo de Administración de Sabadell, elaborará un plan de fusión que deberá presentarse al Gobierno. En teoría, el Ejecutivo podría bloquear la fusión legal de ambas entidades, lo que implicaría que BBVA y Sabadell operen como dos entidades jurídicas separadas pero bajo el control de BBVA.