Pero mayo destaca también como uno de los meses más interesantes para los inversores en dividendos europeos. Varias grandes cotizadas de la eurozona distribuirán atractivos dividendos en las próximas semanas a sus accionistas. Invertir en dividendos es una de las estrategias más antiguas y apropiadas para una amplia gama de inversores, independientemente de su nivel de experiencia financiera y perfil de riesgo. Consiste en adquirir acciones de una empresa con la intención de mantenerlas a largo plazo y recibir esa parte de beneficio que esta reparte según calendario y Pay Out establecidos, de pago en efectivo o mediante reparto de acciones (scrip dividend).
En momentos de volatilidad de mercado como el actual, las compañías que pagan dividendos de manera recurrente suelen ser más estables, con mejores resultados y con una menor beta o volatilidad que el resto de las compañías que no los pagan.
La rentabilidad por dividendo ha sido históricamente una parte importante de la rentabilidad total obtenida en los mercados y una estrategia defensiva en contextos económicos inciertos. Sin embargo, un aspecto clave puede mermar los beneficios de las inversiones en empresas europeas: la doble imposición.
Para evitar pagar impuestos dos veces sobre el mismo ingreso, en el país de origen y en España, se crearon convenios de doble imposición. Son acuerdos entre países que normalizan el procedimiento y permiten reclamar la devolución del impuesto retenido en el extranjero. Sin embargo, los procesos para recuperar estas retenciones no son sencillos.
El problema: un proceso lento y complejo
Solicitar la devolución de la doble imposición puede convertirse en una odisea. Se trata de un procedimiento manual, en el que hay que lidiar con haciendas extranjeras, trámites en distintos idiomas, formularios específicos y requisitos que varían de un país a otro.
La reclamación del exceso de la retención internacional de dividendos y cupones es un aspecto clave para maximizar el retorno de las inversiones de gestoras de Instituciones de Inversión Colectiva (IIC), bancas privadas y clientes particulares.
En el mundo de la fiscalidad y las inversiones, las reglas no siempre son tan claras como parecen. En el caso de los fondos de inversión por ejemplo, la normativa española establece que estos, al no tener personalidad jurídica, no son sujetos pasivos del impuesto de sociedades. En su lugar, las rentas generadas se atribuyen directamente a los socios o partícipes, manteniendo su naturaleza original.
Pero ¿qué ocurre cuando entran en juego los convenios internacionales y las exenciones?
– En algunos casos, el Estado donde se genera la inversión puede no estar facultado para practicar una retención, o si lo hace, puede recuperarse íntegramente.
– Esto aplica especialmente si una sociedad del otro Estado contratante controla, directa o indirectamente, al menos el 10% del capital de la sociedad que paga los dividendos.
Este tipo de normativas subraya la importancia de contar con asesoramiento fiscal experto para optimizar las inversiones y entender a fondo el impacto de las legislaciones locales e internacionales.
La solución: digitalización y accesibilidad
Los avances tecnológicos y la digitalización de los servicios financieros, están revolucionando el futuro de la recuperación de impuestos. La tecnología simplifica los largos y costosos procesos de reclamación de la doble imposición de dividendos, garantizando la eficiencia y transparencia en la gestión de las devoluciones fiscales y beneficiando así a inversores y a partícipes de fondos de inversión y de pensiones.
En un mundo donde las inversiones globales son cada vez más accesibles, el desafío de la doble retención de impuestos en dividendos internacionales cobra una relevancia creciente. La complejidad de los procesos fiscales y la diversidad de normativas entre países pueden afectar de forma significativa a la rentabilidad de las inversiones. En este contexto, la recuperación de impuestos retenidos cobra un rol crucial para proteger el retorno de las inversiones.