Varios factores contrapuestos explican esta tendencia. La favorable evolución de la economía española y la confianza en que se mantendrá han dado alas a los consumidores, que también se han visto animados para apostar por el pago a plazos ante los menores costes de financiación, según apuntan los expertos. Los recortes que viene aplicando el Banco Central Europeo desde hace varios trimestres en el precio del dinero, hasta el 2,25% actual, han animado a los hogares a decantarse por un mayor endeudamiento.
En concreto, el tipo medio al que se han aprobado las operaciones se situó durante el tercer mes del año en el 7%, que si bien es inferior al 6,9% de finales del ejercicio pasado, experimenta una bajada significativa desde el casi 7,8% al que cerraron doce meses antes. A lo largo de este ciclo alcista el pico se registró en octubre de 2023, cuando escalaron al 8,2%. Hay que tener en cuenta que esta tipología de crédito suele ser mucho más accesible para la población en general porque el sector se protege del riesgo con intereses mucho más elevados, de ahí que incluso más que duplique los estipulados para las hipotecas. De hecho, la otra parte de la moneda que explica este ‘boom’ proviene de todas aquellas familias que necesitan liquidez inmediata para sufragar la adquisición de bienes de consumo duraderos.
A la espera de un acuerdo entre Bruselas y EEUU en materia comercial y las consecuencias económicas que puedan desencadenar, el VII Barómetro de préstamos al consumo elaborado por Asufin señala que alrededor del 34% de los usuarios tienen intención de pedir uno, su cota más alta desde que se empezó a elaborar el barómetro. Un comportamiento que obedece a la mayor propensión a consumir y las condiciones más ventajosas en materia de tipos. Esto se observa principalmente en las motivaciones que llevan a pedir prestado como pueden ser para costear vacaciones. Pagar los viajes a plazo se erige como uno de los principales motivos solamente por debajo de la necesidad de obtener liquidez, con el 16,30% de la demanda y el 20,40%, respectivamente. En un segundo plano figuran las reformas del hogar, la financiación de estudios, así como la refinanciación de deudas.