Para algunos expertos en el tema, la Conferencia de Barcelona lleva camino de terminar con la misma falta de acuerdos con la que se cerró la última, la celebrada en Santander el pasado mes de diciembre. Pero con un enfrentamiento verbal más alto y subido de tono. Tanto que la Junta de Andalucía llegó a manifestar la semana pasada que la Conferencia estaba «en el aire». Finalmente, no habrá plante de los presidentes populares, que sí acudirán a la Ciudad Condal a pesar de que tienen el convencimiento de que la cumbre nace muerta.
El antecedente de Santander no augura éxito alguno en Barcelona, pues no solo no ha cambiado nada en las relaciones entre las autonomías del PP y el Gobierno central, sino que ha empeorado. La prueba de que el enfrentamiento está en plena ebullición es el resultado del comité preparatorio de la cumbre, que tuvo lugar el miércoles pasado. Los populares querían modificar el orden del día propuesto por Moncloa, en el que solo figuraban tres temas: vivienda, educación universitaria y formación profesional.
El Partido Popular quería que se abriera ese orden del día para tratar, entre otros, la financiación de las comunidades -en lo que coincide Castilla-La Mancha-, ‘okupación’, mejora de las infraestructuras ferroviarias, modelo energético o inmigración. El Gobierno de Canarias también está a favor de abordar este último asunto. La Comunidad de Madrid, por su parte, pedía que se apruebe la instalación de puntos de conexión a centros de datos.
La reunión del comité terminó como había empezado. No se modificó el orden del día porque ni siquiera se votó. Las declaraciones de los diversos consejeros de Presidencia del PP fueron demoledoras. Gamarra, su secretaria general, ha llegado a afirmar que el Ejecutivo de Pedro Sánchez quiere «amordazar a la comunidades».
Ahora, las autonomías confían en acogerse al reglamento interno de la Conferencia para que se debatan más temas de los propuestos por el Gobierno central amparados en su mayoría.
Por si todas estas diferencias no fueran suficientes, el reparto del tiempo de las intervenciones -diez minutos para cada presidente y sin límite temporal para el presidente del Gobierno- caliente aun mas la reunión, aunque tampoco ha prosperado.
Los únicos que aparecen satisfechos son los anfitriones, El Govern Illa no oculta que el tema de vivienda le interesa mucho y que está de acuerdo en que centre la reunión. Pero tampoco se cierra a que salga a colación la financiación autonómica, según avisó la pasada semana la consejera catalana de Territorio Paneque, porque así hay oportunidad de «mejorar la financiación singular de Catalunya».
Así las cosas, el próximo viernes tendrá lugar en Barcelona la XXVIII Conferencia de Presidentes. Todo apunta, según las fuentes consultadas, a que su conclusión será similar a la anterior: