Así lo recogen las previsiones de Deutsche Bank, que estiman que el Producto Interior Bruto (PIB) español crecerá un 2,3% en 2025 y un 1,9% en 2026. «Anticipamos que el consumo de los hogares seguirá siendo la principal fuente de fortaleza, beneficiándose del sólido crecimiento del empleo y la moderación de la inflación», apuntan en su último informe de perspectivas europeas.
Para lo que resta de 2025, calculan un crecimiento medio del 0,4% intertrimestral durante el segundo, tercer y cuarto trimestre del año. Cabe recordar que, en el primer trimestre, el crecimiento de la economía española se moderó una décima al avanzar un 0,6% en tasa intertrimestral, según el avance de datos de Contabilidad Nacional publicado por el Instituto Nacional de Estadística (INE). El dato supone crecer por encima de la media de la zona euro (0,3%).
Durante este periodo, la economía se vio apoyada por la demanda interna. La balanza comercial neta también contribuyó positivamente, impulsada por un fuerte crecimiento de las exportaciones, especialmente de servicios. Para el segundo trimestre, los indicadores disponibles sugieren que, si bien la economía se mantendrá dinámica, su impulso podría ralentizarse. «España está menos expuesta al mercado estadounidense que otras economías del bloque, por lo que estimamos que el impacto directo del shock comercial será relativamente limitado en ese mercado». No obstante, «la incertidumbre podría afectar a la confianza empresarial y del consumidor», señalan, añadiendo que el apagón eléctrico sufrido a finales del pasado mes de abril «podría lastrar el PIB del segundo trimestre, aunque se estima que su impacto será menor».
Respecto a la evolución de los precios, en la entidad prevén que la inflación general caiga del 2,9% en 2024 al 2,3% en 2025 y al 1,9% en 2026. Por otro lado, en cuanto a las finanzas públicas españolas, desde Deutsche Bank destacan que «se encuentran en una mejor posición en comparación con otros Estados miembros». Por ello, consideran que «podrían ser capaces de sostener un aumento adicional del 1,5% en el gasto sin comprometer la sostenibilidad de la deuda». «El gasto excepcional asignado para apoyar la recuperación de Valencia tras las inundaciones (que aumentó en enero hasta casi 19.000 millones de euros) mantendrá el gasto público elevado este año. La defensa podría generar presión adicional. En abril, el Gobierno anunció un plan para aumentar el gasto en defensa en 10.500 millones de euros, alcanzando el 2% del PIB este año. Según el Gobierno, el plan no afectaría significativamente al déficit, ya que se financiará con los fondos disponibles del NGEU y la reclasificación de otros gastos. Sin embargo, las necesidades de gasto en defensa seguirán creciendo ante la presión de la OTAN para aumentar aún más los objetivos de gasto anual hasta el 3,5% del PIB», indican. Con este contexto, proyectan que el déficit presupuestario aumentará del 3,2% del PIB en 2024 al 4% en 2025 y se mantenga ligeramente por encima de esa cifra el próximo año. Además, prevén que la ratio de deuda se quedará prácticamente estable en los próximos años