Y es que tras el ataque de Israel a Irán, los inversores buscan refugio en activos seguros, llevando al metal precioso a mirar a máximos. «Este último repunte de las hostilidades en Oriente Medio ha desviado la atención de las negociaciones comerciales por ahora, y los inversores están apostando por activos de refugio seguro en respuesta», valora Tim Waterer, analista jefe de mercado de KCM Trade.
En este sentido, el catalizador alcista para el oro es la ‘Operación León Naciente’ lanzada por Tel Aviv sobre Teherán «para prevenir una amenaza existencial». Concretamente, Israel ha bombardeado «decenas de objetivos» relacionados con el programa nuclear de Irán y otros puntos militares que se ha saldado con la muerte del jefe del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria, Hossein Salami, y del Jefe del Estado Mayor, Mohammad Bagheri, entre otros.
De hecho, históricamente, el oro no ha tenido un buen historial como cobertura contra las perturbaciones geopolíticas. «Por ahora, los ataques refuerzan el optimismo en el mercado del oro, y confirmamos nuestra visión constructiva», añade los expertos.
Sin embargo, esta reacción del mercado parece bastante moderada, considerando las posibles consecuencias del conflicto y también el nerviosismo típico de los operadores de oro con visión a corto plazo. «Suponemos que la reacción está impulsada por algunos especuladores y sistemas de negociación automatizados en el mercado de futuros, más que por una demanda genuina de activos refugio. Si bien históricamente, estas perturbaciones geopolíticas no han impulsado de forma duradera los precios del oro a menos que se produzca un impacto económico significativo, como ocurrió durante las crisis petroleras de la década de 1970, creemos que es demasiado pronto para saberlo en este caso».