Estas modalidades de trabajo –que en España representan el 10% del empleo—pueden favorecer un mejor equilibrio entre la vida laboral y personal de los empleados. Por ejemplo, –añade este estudio—en España, las cooperativas y las sociedades laborales presentan mayores niveles de flexibilidad y estabilidad laboral que otros tipos de empresas”.
Concretamente, el informe de la OCDE analiza cuestiones como los salarios, los puestos directivos o los tipos de contrato en las economías sociales de la treintena de países más desarrollados que forman este organismo. Así, los autores de este documento concluyen que en España los sueldos de la economía social son un 19% inferiores a los de la economía general. Si bien, la brecha salarial por razones de género es ocho puntos menor que en la media de la economía española, ya que los autores estiman unos salarios un 26% inferiores para las mujeres de la economía social y un 34% en el sector privado (incluyendo el empleo a tiempo parcial).
Y esta misma situación de menores retribuciones, pero abonadas de forma más igualitaria, se produce también en países como Estados Unidos o Reino Unido, donde las mujeres ganan un 16% menos en la economía social frente al 33% menos en la economía general. También en Francia, donde esta brecha es del 22% menos para el tercer sector y del 25% para la economía gala; y en el caso de los empleos a tiempo completo en este mismo país, la ganancia femenina es un 15% inferior en la economía social y un 18% en la economía en general.
¿Por qué se detecta una menor brecha salarial de género en este tipo de actividades. Los autores de este informe lo atribuyen a tres causas principales. La primera es que se trata de un sector fuertemente feminizado: con datos de España, Italia, Bélgica y Portugal, estos expertos indican que las fundaciones están formadas por un 72% de mujeres; las asociaciones, por un 70%; las mutualidades, por un 67% y las cooperativas, por un 54%. Esto hace que exista “una menor discriminación directa por razón de género”, un efecto que en España se ha cuantificado dentro de la brecha salarial en un 15,3% en la economía social y en un 29,1% en la economía en general (según los investigadores Santero-Sánchez y Castro). Una mayor transparencia en las entidades de la economía social y unas estructuras “más planas” sin tantas diferencias salariales por categoría serían las principales causas de esta mayor igualdad salarial.
O, directamente, hay países donde este reparto salarial más igualitario está incentivado fiscalmente. Es el caso de Francia, donde el organismo encargado de otorgar ventajas fiscales a las entidades de la economía social incluye una limitación del salario anual de los cinco empleados mejor pagados a siete veces el salario mínimo francés, para recibir para poder recibir beneficios tributarios.
Pero no solo los salarios son más equitativos, según la OCDE la presencia de mujeres en los puestos directivos también es mayor en la mayoría de los países analizados. Por ejemplo, en Hungría, el 72% de estos cargos de responsabilidad en la economía social son ocupados por mujeres; y en Suecia, el 64% de los puestos directivos en este tipo de actividades son desempeñados también por mujeres. No así en España, donde la presencia de directivas en la economía social es de alrededor de un tercio, igual que en la economía en general.
Iberdrola presenta en Naciones Unidades su Plan de Transición Climática acelerado
Iberdrola ha presentado su Plan de Transición Climática ante Naciones Unidas para alcanzar cero emisiones netas antes de 2040 en respuesta a la llamada del secretario general de la ONU, siguiendo una línea realista, ambiciosa y responsable.
El objetivo concreto se basa en alcanzar neutralidad de emisiones de carbono de las centrales de generación, su actividad de distribución eléctrica y sus consumos propios (alcances 1 y 2) a 2030 y emisiones cero netas en toda la cadena de valor antes de 2040, con un enfoque basado en la ciencia y una senda de hitos intermedia. Por un lado, un plan de inversiones y palancas de acción sólido, cuyos ejes son: alcanzar un 100% de energías renovables y redes inteligentes, e impulsar fundamentalmente compras verdes y soluciones climáticas para sus consumidores. Todo ello apoyado en sólidas alianzas tecnológicas e industriales.
En segundo lugar, un esquema de acción acelerada basada en valores fundamentados en la transición justa: esta tiene que ser “positiva para las personas” y positiva para la naturaleza”. Y por último una arquitectura de alianzas, colaboraciones y contribuciones en materia de participación pública a nivel local, regional y global totalmente alineada con un enfoque ambicioso en acción climática.
Ante el agravamiento de la crisis climática y la brecha existente para cumplir los objetivos del Acuerdo de París, tal y como ha mostrado el reciente informe del Panel Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), Antonio Guterres hizo un llamamiento al sector empresarial para liderar la acción con la presentación de planes de transición climática acelerada antes de la cumbre climática que se celebrará el próximo septiembre en Nueva York en el marco de la Asamblea de las Naciones Unidas.
Estos planes, para avanzar hacia las emisiones cero netas, deben estar alineados con las diez recomendaciones del informe Grupo de Expertos de Alto Nivel impulsado por el propio secretario general. Dichas recomendaciones establecen los elementos para que los objetivos climáticos y los planes asociados sean íntegros y eviten el “green washing”: se deben alcanzar emisiones cero netas antes de 2050 a lo largo de toda la cadena de valor incluyendo una senda de objetivos intermedios; el plan debe ser transparente, estar fundamentado en la ciencia y estar respaldado por un plan de inversiones robusto basado en energías renovables y con un enfoque de transición justa y protección de biodiversidad; además, las actividades públicas y de lobby de las compañías deben orientarse en la misma dirección para promover la ambición climática a nivel privado y gubernamental.
Iberdrola presentó en la COP 27 de Sharm el Sheikh (Egipto) su Plan de Acción Climática, el más ambicioso presentado por una empresa en la Cumbre, que adelantaba el objetivo de neutralidad de emisiones de carbono de las centrales de generación, su actividad de distribución eléctrica y sus consumos propios (alcances 1 y 2) a 2030, y la descarbonización total de sus actividades antes de 2040. Con ello, la compañía se convierte en la energética con objetivos más ambiciosos en esta materia.
Iberdrola también presentó su Plan de Biodiversidad en la Cumbre Mundial de Biodiversidad de Canadá con el que se marcaba como objetivo alcanzar un impacto neto positivo en las especies y en los ecosistemas a 2030. El Plan aborda los impactos derivados de las actividades del grupo en la naturaleza a lo largo del ciclo de vida de sus instalaciones, considerando la cadena de suministro y creando valor medioambiental, económico y social a través de los servicios ecosistémicos.
Más allá de estos y otros planes, Iberdrola está impulsando a través de diversas iniciativas de colaboración en sus alianzas empresariales, como el Grupo Español de Crecimiento Verde o el Corporate Leaders Group la implantación de las recomendaciones del Grupo de Expertos de Naciones Unidas para que el sector empresarial acelere su transición a una economía libre de emisiones, más competitiva y robusta.