A pesar de suponer una cifra muy baja respecto al total de declarantes de este impuesto (el 0,06% de todos los declarantes), entre el año 2007, en el inicio de la crisis económica, y el pasado 2023 los contribuyentes que han declarado rentas superiores a los 600.000 euros han crecido casi un 40% desde los 10.580 declarantes que tenían estas rentas hace más de una década.
En cambio, la mayor parte de los contribuyentes (5,3 millones, el 22,02% del total) declaró unos rendimientos de entre 30.000 y 60.000 euros y otros 4,3 millones, entre 12.000 y 21.000 euros (casi el 18% del total).
Además, 4,2 millones (el 17,8%) declaró rendimientos entre 21.000 y 30.000 euros, mientras que otros 3,1 millones (el 13,04%) declararon entre 1.500 y 6.000 euros anuales en rentas del trabajo. Otros 2,7 millones (el 11,21%) declararon entre 6.000 y 12.000 euros. De su lado, 1,6 millones de liquidaciones de IRPF (el 7,05% del total) se situaron en el tramo más bajo, entre 0 y 1.500 euros para todo el año, mientras que un total de 1,3 millones de declaraciones, el 5,3% del total, registró un resultado de la declaración negativo o cero, donde se incluyen los perceptores del Ingreso Mínimo Vital (IMV).
En la parte más alta de la tabla, los contribuyentes que declararon entre 60.000 y 150.000 euros fueron un total de 1,2 millones (el 4,88% del total), y los que tuvieron rendimientos entre los 150.000 y los 600.000 fueron 160.927 (el 0,67% del total). De esta forma, y sumando también a los que declaran más de 600.000 euros, el conjunto de contribuyentes con rentas superiores a los 60.000 euros alcanzó en 2023 los 1.346.400 contribuyentes, frente a los 1.197.872 de 2022, lo que supone un incremento del 12,4%.
De acuerdo con la estadística de los declarantes de IRPF del año 2023, se presentaron un total de 23.987.211 liquidaciones, lo que supone un 4,8% más respecto al año anterior.