El Real Madrid no solo colecciona victorias en el Mundial de Clubes, también acumula millones de euros. Su victoria ante el Borussia Dortmund, que les aseguró un lugar en las semifinales contra el PSG en el nuevo y millonario formato del Mundial de Clubes, no fue solo una hazaña deportiva: fue también un movimiento estratégico que engordó, y de qué manera, sus arcas.
Por alcanzar esta ronda, cada semifinalista del torneo se asegura un ingreso de 18,06 millones de euros. Pero si hablamos de cifras totales, el Real Madrid no tiene rival. Con 72,89 millones de euros acumulados en lo que va del campeonato, lidera con comodidad el ranking de ganancias. El PSG, su próximo rival en semifinales este miércoles, le sigue el ritmo desde cierta distancia con 66,43 millones. Fluminense, la revelación brasileña, suma ya 52,32 millones, mientras que el Chelsea cierra el cuarteto con 50,83 millones.
Estas cantidades no son casuales ni menores. La FIFA ha puesto toda la carne en el asador con este nuevo Mundial de Clubes, apostando por un espectáculo global de alto calibre y repartiendo la friolera de 1.000 millones de dólares (unos 860 millones de euros) entre los clubes participantes. En esta lógica, cada paso que se da hacia la cima no solo significa gloria deportiva, sino también un empujón financiero de proporciones colosales.
Pasar a la final del próximo domingo supondría para el Real Madrid embolsarse otros 25,8 millones. Y si levanta el trofeo, el premio final ascendería a 34,3 millones de euros adicionales. Si sumamos todo, el botín total alcanzaría los 132,99 millones. Una cifra que no solo impresiona, sino que justifica inversiones recientes como la del joven defensor Huijsen, por quien se pagó 59 millones de euros… ya amortizados con creces solo con la campaña en este torneo.
Más allá del impacto económico, este nuevo Mundial de Clubes está demostrando ser también un escaparate mediático, comercial y competitivo de primer nivel. El enfrentamiento entre el Real Madrid y el PSG no solo será una batalla por un lugar en la final, sino también una especie de pulso simbólico entre dos potencias que manejan proyectos ambiciosos tanto en lo deportivo como en lo financiero. Lo que está claro es que el Real Madrid, en esta nueva era de fútbol globalizado y multimillonario, sabe jugar el partido económico tan bien como el deportivo. Florentino Pérez, artífice de este modelo de gestión que combina ambición, inversión y resultados, puede sentirse satisfecho. Mientras otros clubes se endeudan o tambalean con el fair play financiero, el Madrid sigue generando ingresos a ritmo de goles y victorias.