A la reunión asistirán otros presidentes de izquierdas como los mandatarios Lula da Silva, Petro, y Orsi. La cita es continuación de la organizada por Sánchez y Lula el pasado septiembre en los márgenes de la Asamblea General de la ONU bajo el lema ‘En defensa de la democracia contra los extremismos’, en la que participaron varios líderes mundiales, y servirá de paso previo a un nuevo encuentro similar el próximo septiembre en Nueva York.
El objetivo del encuentro no es otro, según explican fuentes gubernamentales, que «defender la democracia, las instituciones y el multilateralismo en un momento en el que están cada vez más cuestionados e incluso están siendo atacados, como se ha visto en los últimos años en países como Estados Unidos o Brasil».
Sánchez y el resto de mandatarios asistentes buscan generar una contranarrativa frente a esta tendencia, de ahí el que de la cita esté previsto que salga una declaración política final. Asimismo, los líderes mantendrán un encuentro con representantes de la sociedad civil y de centros de pensamiento. Por parte española participan Fundación Alternativas y Fundación Avanza, quienes les harán entrega de su propio manifiesto por la democracia.
El encuentro se vertebrará en torno a tres ejes: la colaboración en la defensa de las democracias, las instituciones y el multilateralismo, en el que ha trabajado en particular Chile; la lucha contra la desinformación en el ámbito digital, en el que España ha asumido el liderazgo; y la lucha contra las desigualdades, que abandera Brasil.
Tras su paso por Chile, Sánchez se trasladará a Montevideo, donde realizará el martes una visita oficial para reunirse con el nuevo presidente, Orsi, con el que existe sintonía a nivel político y una visión compartida en muchos aspectos, incluido en cuestiones internacionales, según explican desde Moncloa. El objetivo del viaje, el primero de un presidente desde 2007, es reforzar aún más la relación y ahondarla sobre todo en el plano económico, de ahí que esté prevista la celebración de un foro empresarial en el que participarán los dos presidentes.
Asimismo, está prevista la firma de varios acuerdos, incluido uno de Alianza País para el Desarrollo Sostenible, el primero de este tipo que se firma con un país de renta media y que establece un novedoso marco de cooperación, así como un convenio internacional en materia de lucha contra la inseguridad y la delincuencia organizada, un problema muy serio en la región y que prevé una cooperación más estrecha entre las fuerzas y cuerpos de seguridad de los dos países.
Además, Sánchez aprovechará su paso por Montevideo para desplazarse hasta la chacra en la que vivía el expresidente uruguayo Mujica, fallecido el pasado 13 de mayo y trasladar en persona su pésame a su viuda, la también política Lucía Topolanski. «Un mundo mejor. En eso creyó, militó y vivió Pepe Mujica», escribió el presidente en ‘X’ cuando falleció el expresidente, al que tildó de «eterno».
Ya el miércoles, el presidente del Gobierno efectuará la que es la primera visita de un mandatario español a Paraguay desde 1999. Aquí, tiene previsto reunirse con el presidente, Santiago Peña, quien realizó una visita oficial a España en febrero de 2024 y ya tuvo ocasión de reunirse entonces con Sánchez. También en este caso está prevista la celebración de un foro empresarial, que clausurarán los mandatarios, y la firma de varios acuerdos, incluido uno de migración circular como el que ya existe con otros países iberoamericanos para la contratación en origen de trabajadores para determinados sectores y que luego regresan a su país.
Con sus visitas a Uruguay y Paraguay, Sánchez también quiere poner de manifiesto el firme respaldo del Gobierno a la aprobación del acuerdo del Mercosur, bloque al que pertenecen estos dos países junto con Argentina y Chile, con la Unión Europea. España entiende que en un momento como el actual de guerra comercial por los aranceles que amenaza imponer el presidente estadounidense, Trump, la UE debe buscar nuevos socios y el acuerdo Mercosur ofrece en este sentido una oportunidad. De ahí el que Sánchez esté decidido a invertir todo su capital político en la consecución del mismo, pese a que el Gobierno es consciente de que aún hay algunos obstáculos que superar por las reticencias de socios como Francia.