En concreto, desde el FMI, piden «mayores esfuerzos» para consolidar la unidad de mercado, invertir en innovación, «mejorar» el rendimiento del sistema educativo y reducir la dependencia energética. En paralelo, los expertos del organismo internacional también piden que las ayudas a los exportadores sean temporales» y con objetivos específicos» en coordinación con la Unión Europea (UE) evitando «favorecer a los productores nacionales frente a las importaciones» minimizando posibles distorsiones en el comercio y la inversión.
En concreto, los técnicos del FMI, piden a España que incremente sus esfuerzos para «completar el mercado único español» así como aumentar la inversión en innovación y mejorar los resultados del sistema educativo, así como «reducir la dependencia energética». Para el organismo, todos estas medidas deberían complementarse con otras políticas en el orden laboral que permitan la «reasignación» de trabajadores entre los diferentes sectores económicos a la par que se les asegura «una red de seguridad social apropiada».
En este sentido, creen que todo el apoyo fiscal o ayuda económica que se preste a las empresas y actividades más afectadas por los aranceles debe ser «temporal y con objetivos específicos» evitando posibles «fallos de mercado». Al respecto, también aconsejan que las políticas industriales se coordinen con Bruselas «para evitar favorecer a productores nacionales frente a las importaciones» y minimizar probables distorsiones tanto a nivel comercial como en lo referente a la inversión.
En cualquier caso, el FMI sostiene que a pesar de detectar mejoras en indicadores como la Posición de Inversión Internacional Neta (o PIIN, en inglés), que mide la diferencia entre los activos financieros que un país posee en el extranjero y los pasivos que tiene con el resto del mundo, las «aún elevadas necesidades de financiación externa» de España la convierten en «vulnerable a la volatilidad sostenida del mercado y al endurecimiento de las condiciones financieras internacionales». Todo ello, a pesar de que los técnicos del FMI detectaron una mejora de este indicador durante el año pasado hasta el -44% del PIB a finales de 2024 y prevén que siga evolucionando en positivo a medio plazo «respaldado por los superávits sostenidos de la cuenta de capital y el impacto positivo, aunque temporal, de los desembolsos de los fondos NextGeneration».
Lo que atribuyen a un incremento de los activos brutos, entre 2023 y 2024, en comparación con los pasivos en porcentaje de PIB, que aumentaron hasta el 245,2% del PIB a finales de 2024. Un 67% de los citados pasivos corresponden a la deuda externa. Al respecto, el FMI apunta que la parte negativa del PIIN corresponde las administraciones públicas y al banco central. Sin embargo, para el FMI, nuestra Posición de Inversión Internacional Neta (PIIN) sigue siendo «aún muy negativa» a juicio de los expertos del organismo quienes hablan de «vulnerabilidades externas» derivadas de las necesidades de financiación de la economía española «y de los posibles efectos adversos en la valoración» que puede verse afectada por el comportamiento de los mercados financieros globales y las respuestas políticas que se vayan produciendo.