Un encuentro que describió como «de cortesía e institucional» y sobre el que apenas han trascendido detalles, pero que se produce en medio de la polémica por los contratos entre España y la compañía. La controversia comenzó cuando Estados Unidos mostró su preocupación por la adjudicación de un contrato de 12,3 millones de euros a cargo del Ministerio del Interior a la multinacional china para la gestión de las escuchas telefónicas ordenadas por jueces y fiscales. Esto provocó que algunos senadores y congresistas americanos pidieran a la directora de la Inteligencia Nacional de EEUU, Tulsi Gabbard, una revisión de sus acuerdos con España en este ámbito a raíz de esta adjudicación. Pekín, por su parte, mostró su enfado con Estados Unidos, asegurando que le darán un espacio «seguro» a los datos, que no permitirá el acceso externo de ninguna forma.
La polémica saltó también al plano nacional, con el PP criticando el hecho de que el Gobierno haya escogido a Huawei para este tarea y el Ejecutivo defendiendo que el contrato no comporta ningún riesgo para la seguridad nacional.
Sin embargo, el presidente catalán se limitó a explicar este sábado que durante la reunión con Huawei simplemente trasladó a la empresa su «agradecimiento por su presencia y apoyo» al Mobile World Congress que se celebra cada año en Barcelona, y enmarcó la reunión «dentro de las funciones del presidente de la Generalitat de defender los intereses de Cataluña».
Durante su estancia en el país asiático, el presidente catalán quiere abordar tanto el refuerzo de las relaciones políticas como la promoción de la inversión bilateral, después de visitar el pasado mayo Japón y Corea del Sur, como parte del nuevo Plan Asia que se halla elaborando el Gobierno autonómico.