«En un país que es un ejemplo para las energías renovables, el auge de la energía solar parece haber ido demasiado lejos y demasiado rápido», asegura el prestigioso rotativo británico.
Financial Times desgrana una serie de causas, entre ellas que el apagón ha demostrado que «España no se ha adaptado a su dependencia de la energía solar». En este sentido, destaca que «los precios y la demanda son demasiado bajos. Y su red y el uso de baterías de almacenamiento están atrasados».
El periódico cuestiona el triunfal balance energético de Pedro Sánchez, que ha calificado en numerosas ocasiones de España de «referente mundial» en la transición hacia una energía más verde, cuando la realidad es que la energía solar «ha comenzado a sobrecalentarse».
«El auge de la energía solar en España es víctima de su propio éxito», concluye el periódico, que expone que tras varios años de fuerte crecimiento de las instalaciones fotovoltaicas, se prevé una fuerte desaceleración de nuevos proyectos, después de varios meses en los que el precio de la electricidad ha llegado a caer a cero e incluso situarse en niveles negativos.«España ha construido tanta capacidad solar que, en ciertos momentos del día, produce mucha más electricidad de la que necesita. Como resultado, los precios se han desplomado, arrastrando consigo los beneficios de los propietarios».
El resultado es que los proyectos solares que se vendían a 200.000 € por megavatio hace dos años ahora se venden por entre 28.000 € y 89.000 €, según nTeaser, una plataforma de negociación.
El apagón, según Financial Times, «puso de relieve las deficiencias de una parte vital del sistema: la red eléctrica». El periódico acusa al Gobierno y a Red Eléctrica de haber convertido a España «en el inversor más tacaño de Europa en redes eléctricas», y cita para ello datos de BloombergNEF: desde 2020, España ha aportado tan solo 0,30 dólares por cada dólar invertido en renovables, frente a la media europea de 0,70 dólares.
Esto a pesar de que ya en 2017, un grupo de operadores de red europeos, Entso-e –en el que se integra Red Eléctrica–, advirtió que el crecimiento de las energías renovables corría el riesgo de generar inestabilidad en la red y exigió el despliegue de dispositivos que imitan la función estabilizadora de las turbinas, conocidos como inversores de red.