Se trata de la cifra más alta hasta el momento, con Pedro Sánchez batiendo el récord año tras año, superando cada día el umbral que él mismo había elevado el año anterior. En el plano económico, el Gobierno gastó 75,4 millones de euros en pagar los salarios del personal eventual en 2024, el último ejercicio completo, según la ejecución de los gastos del Estado que monitoriza el Ministerio de Hacienda. Esto supone, de media, un gasto de 79.500 euros anuales por asesor
Sin embargo, a pesar de su crecimiento en número y de su elevado salario, el Gobierno cada vez es más opaco a la hora de informar sobre este personal del que no se sabe quiénes son, ni qué formación tienen, ni por qué han sido nombrados o cuáles son sus funciones.
Además, Europa ha advirtiendo varias veces a España de que esta situación es un peligroso caldo de cultivo para la corrupción y le está afeando no hacer nada al respecto. El pasado 1 de agosto, el Grupo de Estados Contra la Corrupción (Greco) del Consejo de Europa publicó un informe en el que aseguraba que el Gobierno no había cumplido ninguna de las 19 recomendaciones que le hizo a España en 2019 para prevenir la corrupción. Una de esas recomendaciones era, precisamente, «reforzar el régimen aplicable a los asesores, haciéndoles sujeto de los mismos requerimientos de transparencia e integridad que se aplica a los altos cargos». Es decir, que se conozca quiénes son, cuáles son sus labores y su currículum. Pero también sus declaraciones de bienes al ser nombrados y cesados, para comparar la evolución de su patrimonio, y vigilar las puertas giratorias y los conflictos de intereses. Según el informe, España está incumpliendo al completo esta recomendación.
Según el Boletín Estadístico, que se actualiza cada seis meses, es el propio Pedro Sánchez el que se lleva el premio al mayor número de asesores. El ministerio que más tiene actualmente es el de Presidencia, con 477 personas como personal eventual. Aunque se incluyen también los asesores de Bolaños, la mayoría son de Presidencia del Gobierno.
El siguiente ministerio con más asesores es el de Política Territorial, con 153. Esto no es porque Torres esté plagado de gente de confianza, sino porque aquí también se incluyen los asesores de las delegaciones del Gobierno. En el tercer puesto empatan, con 22 asesores cada uno, los ministerios de Asuntos Exteriores y de Transición Ecológica.
Al analizar los datos, hay un hecho llamativo y es que el mayor número de asesores no se corresponde con la importancia que pueda tener el ministerio de turno. Por ejemplo, el Ministerio de Derechos Sociales de Pablo Bustinduy cuenta con 17 asesores y el de Juventud de Sira Rego cuenta con 15; mientras que Interior, capitaneado por Fernando Grande-Marlaska, tiene 13 y Defensa, de Margarita Robles, sólo 10.
Con estos 948 asesores en total, el Gobierno Sánchez se sitúa en el punto más alto jamás registrado en España. En enero de 2018, cuando Mariano Rajoy todavía era presidente, el Ejecutivo contaba con 599 asesores, 349 menos que ahora. Uno de los argumentos que suele dar Moncloa para justificar que haya tantos asesores es que hay muchos más ministerios ahora que antes. Esto, sin embargo, es falaz. En enero de 2019, antes de la coalición con Unidas Podemos que disparó el número de ministerios, Sánchez ya tenía 670 asesores, la cifra más elevada hasta entonces, batiendo el récord que había dejado José Luis Rodríguez Zapatero en 2010, con 648.
Es cierto que a partir de 2019, con la creación del Gobierno de coalición, los asesores se disparan y en enero de 2021 ya hay 764. Pero desde entonces hasta ahora la cifra ha crecido en 184 personas y el número de ministerios se ha mantenido inalterado, había entonces los mismos 22 que ahora.
Pero más allá de la cifra, el otro gran problema es que no se sabe realmente quiénes son. Sus nombres no son públicos en ninguna web del Estado y si un ciudadano hace una petición de información al Portal de Transparencia, los ministerios no contestan o contestan sin aportar realmente la información que se solicita.
Uno de los motivos para que el Gobierno evite deliberadamente publicar los nombres puede ser el que se descubran dinámicas de las que el Gobierno no está orgulloso. Por ejemplo, Alberto Garzón contrató a su cuñada como asesora. Miquel Iceta contrató a la hija de su amigo Pere Navarro, que había sido líder del PSC igual que él. También se ven muchos casos de personas que vienen de la empresa privada y que, cuando dejan de ser asesores, vuelven a puestos relacionados con el ministerio con el que habían trabajado o directamente son ascendidos.