Sin embargo, en estos momentos parece que el mismísimo presidente del gobierno se lo aplica a su persona. Para el aquí no pasa nada mientras nadie ataque su permanencia en La Moncloa. Es decir, hemos llegado a un puno en el que lo de menos es gobernar, lo que importa es llegar a la convocatoria de las próximas elección – solo Sánchez sabe cuándo serán- sentado y asentado en el poder, única forma de lograr repetir un triunfo acompañado de sus “amigos” que le mantienen en esa posición hasta que ya las arcas del poder dejen de dar leche y miel y no les interese a ninguno de ellos aguantar el desgaste de un gobierno inoperante e inútil.
Y es que ya, hasta su afán de notoriedad internacional ha pasado a ser nada. Da lo mismo que Europa le haya dado la espalda y que ni siquiera le convoquen a las reuniones por videoconferencia. El, don Pedro al tran, tran con los que le mantienen, sean prófugos de la Justicia, etarra disfrazado de demócratas o amigos y socios de narcos y demás participes de los bajos fondos. Si son necesarios para mantenerle en el poder, bienvenidos sean.
Y claro está, como eso de no gobernar debe de ser un trabajo agotador, el señorito se da un paseíto para ver como es eso de oler a humo y ver destrozada tu cas y tu hacienda y se vuelve al “encierro palaciego” sin haber pisado una sola calle para que nadie le grite, le insulte o le haga subir los colores y ponerse rojo a esar del maquillaje.
Todo se sobrelleva con tal de permanecer un par de años mas, que es lo que queda de Legislatura y terminar de desmontar el régimen fruto de la Transición y llegar a esa convocatoria de elecciones con las armas suficientes que permitan la manipulación o el manejo de los votos cual república bananera y así mantenerse un “ratito” mas en el sillón.
De cualquier forma el espectáculo de estos días de España ardiendo y el señorito blindado en su palacete seguro que le pasara factura, de una u otra manera.