Los ejemplos son abundantes y la ristra de cadáveres que presenta la cuneta de sus años de mando es impresionante y además da lo mismo la asignación política a la que pertenezca el señalado por el líder que sus fieles y correspondientes esbirros, además de todas las terminales mediáticas se ponen en marcha con abundancia de medios para lograr la defenestración del personaje o la institución.
Entre la lista de esos objetivos ha cobrado vital relevancia el juez Peinado, responsable de que la señora Gómez, la ilustre dama que sueña con ser nada mas y nada menos eso que los norteamericanos llaman “primera dama”, no pueda serlo y que en contrapartida complique la viabilidad y el futuro del proyecto sanchista, además de contribuir notablemente a la mala imagen de una España llena de corrupción que semana si, semana no llenan las paginas de la prensa internacional, prensa que no puede ser manejada desde Moncloa y que poco a poco a destrozado la imagen vendida por Sánchez de su persona y gestión en medio mundo arrinconándole al ostracismo diplomático, mundo en el que soñó encontrar su puesto del mañana.
De ahí que, estos días desde el Ministerio de Justicia se haga enorme ruido para intentar apartarle sea como sea al juez de la instrucción del proceso . «Será bueno para toda la carrera judicial», comentan desde círculos próximos a la cúpula ministerial
Por si ello fuera poco, desde el llamado “edifico de semillas” se lanza mensajes maliciosos como el de preguntarse «si es normal» que los cargos públicos tengan un régimen de incompatibilidades tan estricto mientras que la hija del juez Peinado hace carrera en el PP como concejala de Deportes y Fiestas en el Ayuntamiento de Pozuelo de Alarcón.
A partir de ese tipo de aseveraciones se articula toda una campaña de desprestigio del juez que poco a poca ira cogiendo mayor virulencia como se ha hecho con “enemigos” del señorito de La Moncloa como Diaz Ayuso, García Page o el ahora alabado, tras su muerte, Lamban.
Y es que no ha que minimizar el peligro que corren los enemigos del sanchismo, para ellos ni agua y si es posible la desaparición del puesto desde el que pueden enfrentarse con el susodicho, mucho mejor.
Y es que estas cosas ya sucedían en tiempos de Juan el Bautista y anda que no han pasado años. Pero la condición no deja de ser la misma.