Por el momento, no hay certeza de que vaya a producirse la transacción, y es que ambas partes todavía se encuentran negociando aspectos fundamentales como los modelos de las aeronaves o los plazos de entrega.
Esta venta, que se ha venido gestando durante años, dependerá también de un acercamiento comercial entre EEUU y China. En este sentido, cabe recordar que las dos principales economías del mundo renovaron recientemente su tregua arancelaria por un periodo de 90 días. Ahora, las autoridades chinas se encuentran en conversaciones con las principales aerolíneas del país para conocer sus necesidades y distribuir de la mejor manera posible los aviones del fabricante estadounidense, en caso de que la operación llegue a concretarse.
Estas conversaciones se producen después de que el Gobierno de China levantara el veto sobre los aviones de Boeing tras la primera tregua comercial con EEUU.
En abril de este año, el Ejecutivo chino ordenó a las aerolíneas del país que dejasen de recibir aviones de Boeing, en medio de la guerra comercial que se estaba produciendo entre Washington y Pekín. La orden del Ejecutivo también prohibía a las compañías adquirir partes o repuestos para sus aeronaves procedentes de fabricantes estadounidenses, a los que accederían a un precio mayor al habitual debido a los aranceles.
Mientras negocia con Boeing, el Gobierno chino ha realizado también un pedido de dimensiones similares a Airbus, aunque todavía no ha sido confirmado de manera oficial.