El seguro agrario lo contrata el agricultor y ganadero que lo considera oportuno. Por su parte, para los que carezcan de este, es clave la declaración de ‘zona catastrófica’ por parte del Gobierno, ya que de esta forma se tiene derecho a las ayudas. En primer lugar, para los que cuentan con un seguro, es necesario diferenciar entre los mismos y lo que cubre cada uno. En este caso, los más relevantes son el seguro agrario y el seguro del hogar.
El seguro agrario está diseñado para proteger explotaciones agrícolas y ganaderas frente a daños ocasionados por fenómenos naturales, como incendios en cultivos y ganado. Por su parte, el del hogar está orientado a viviendas y propiedades particulares y salvaguarda el patrimonio personal y familiar vinculado a la vivienda.
Según explica Agroseguros, todos los productores asegurados cuentan con protección frente a los riesgos de incendios dentro de la garantía básica de cualquier póliza agraria, tanto por daños en la producción como a la plantación (por ejemplo, arbolado y viñedos). Además, el origen del incendio –sea fortuito o provocado– no afecta al derecho del asegurado a recibir cobertura.
• Seguro ganadero: Se incluye la cobertura de pérdidas que afecten a los animales asegurados, como a las cabañas ganaderas. En esta línea, agroseguro distingue entre dos tipos de seguro ganadero:
1) El seguro para la retirada y destrucción de animales muertos: Incluye el coste de esta recogida pero no entrega una compensación económica al ganadero por las pérdidas.
2) El seguro de vida: cubre varias líneas en función de la especie animal y todas incluyen el riesgo de incendio en su garantía básica.
• Seguro forestal: cubre las masas forestales de titularidad privada facilitando su recuperación tras un incendio. Asimismo, cuenta con cobertura para inundaciones, nieve y viento huracanado.
El proceso que tiene que seguir un asegurado ante la ocurrencia de un siniestro cuando tiene contratado el seguro agrario es similar a la de otros seguros.
1)Comunicación del siniestro: una vez que el asegurado constata los daños, debe ponerse en contacto con su mediador de seguros o directamente con la entidad aseguradora para notificar el siniestro.
2) Tramitación y tasación: la aseguradora traslada el parte de siniestro a Agroseguro, que es el organismo encargado de gestionar los seguros agrarios en España. En colaboración con las direcciones territoriales correspondientes, Agroseguro y su departamento de tasaciones organizan el proceso de valoración, asignando peritos profesionales independientes que se encargan de visitar la explotación afectada y valorar los daños sufridos.
3) Valoración y pago: una vez completada la tasación y definida la cuantía de los daños, se inician las gestiones administrativas para abonar la indemnización al asegurado.
Según datos del informe anual de Agroseguro de 2024, el plazo medio para el pago de la indemnización es de 25 días para seguros agrícolas y 27 días para seguros ganaderos, contando desde la tasación definitiva, es decir, desde que se determina oficialmente el importe de los daños.