«Algunos participantes enfatizaron que se podría aprender mucho en los próximos meses a partir de los datos entrantes, lo que contribuiría a fundamentar su evaluación del balance de riesgos y la configuración adecuada de la tasa de fondos federales. Al mismo tiempo, algunos señalaron que no sería factible ni apropiado esperar a que se aclarara por completo el efecto de los aranceles sobre la inflación antes de ajustar la orientación de la política monetaria», destaca el texto.
Además, algunos banqueros enfatizaron que «la persistencia de los efectos de los aranceles sobre la inflación dependería en gran medida de la orientación de la política monetaria», y «varios» comentaron que «el rango objetivo actual para la tasa de fondos federales podría no estar muy por encima de su nivel neutral».
«Entre las consideraciones citadas para respaldar esta evaluación se encontraba la probabilidad de que las condiciones financieras generales fueran neutrales o propiciaran una actividad económica más sólida». De cara al futuro, la Fed cree que «si el aumento de los aranceles de este año generara un aumento de la inflación mayor de lo esperado o más persistente de lo previsto, o si las expectativas de inflación a medio o largo plazo aumentaran notablemente, sería apropiado mantener una postura de política monetaria más restrictiva de lo que sería en otras circunstancias».
«Por el contrario, si las condiciones del mercado laboral se debilitaran significativamente o si la inflación descendiera aún más y las expectativas de inflación se mantuvieran bien ancladas, sería apropiado establecer una postura de política monetaria menos restrictiva de lo que sería en otras circunstancias», destaca.
El organismo teme que «podría enfrentarse a difíciles disyuntivas si la inflación elevada resultara ser más persistente mientras las perspectivas para el mercado laboral se debilitaran».