Entre otras opciones, la entidad apunta a la posibilidad de contratar un préstamo personal o de financiar la compra con la tarjeta de crédito. Decantarse por una u otra opción implica que para un mismo importe, el coste será distinto en uno u otro casi, según explican desde el organismo. La clave está en fijarse en la Tasa Anual Equivalente (TAE), que refleja el precio que te van a cobrar por prestarte el dinero y recoge además los gastos y las comisiones. Es posible que para esta finalidad (compra de material escolar, libros, uniformes…) te ofrezcan una financiación con una TAE del 0%», añaden desde el BdE. Otra de las claves, según la entidad, es que al ir a solicitar la financiación cada hogar calcule la cuota que puede afrontar de forma holgada cada mes. Si la cuota es pequeña, el plazo para terminar de pagar el préstamo se alargará en el tiempo mientras que, si esta es mayor, la deuda con la entidad quedará cancelada en un plazo inferior de tiempo. «Fíjate un presupuesto máximo y planifica lo que realmente necesitas comprar. Y no olvides comparar precios», añaden desde el organismo
Para desembolsos de este tipo, hay familias que pueden plantearse la opción de contratar los llamados “créditos rápidos”. Si es el caso, la entidad recomienda extremar las cautelas. El motivo es que cualquier empresa puede anunciar en internet la concesión de este tipo de productos de forma inmediata, sin prácticamente requerir documentación a la persona que lo solicita. El perfil suele ser el de una persona «apurada» porque no cuenta con los recursos o garantías necesarios para pedir un préstamo al banco, lo que la aboca a solicitar este tipo de producto.
El problema está en que las aparentes facilidades que ofrecen las empresas a los clientes pueden salirles muy caras. Este tipo de préstamos implica que el plazo de devolución es más corto, que el tipo de interés es muy alto y que los son también las comisiones que lleva aparejadas. Peor aún, podría tratarse de un fraude y te pidan que envíes dinero como señal antes de formalizar el contrato. «Nunca lo hagas», sentencian desde el BdE. El problema está en que la mayoría de las empresas que conceden este tipo de financiación no están supervisadas por el Banco de España, en tanto que la concesión de préstamos no es una actividad reservada únicamente a las entidades bancarias. El organismo cuenta con un registro que cualquier cliente financiero puede consultar para comprobar si la firma que concede dicho crédito rápido está o no bajo su supervisión.