Queda ahora por ver cuál ha sido el calado del voto en contra. Y es que los accionistas que se hayan opuesto podrán ejercer el derecho de separación, descolgándose del proyecto con la venta de sus acciones, para lo que Ferrovial ha impuesto el pago de un máximo de 500 millones (26 euros por título) como condición suspensiva de la reorganización societaria. En todo caso, se trata de un listón que el consejo podría revisar. Otra de las condiciones que pueden bloquear el traslado es la de poder cotizar tanto en el Euronext de Ámsterdam como en la Bolsa de Madrid.
Al margen del nuevo domicilio en Ámsterdam, la junta de accionistas ha respaldado la propuesta de dividendo para 2023: 0,715 euros por título desde los 0,692 euros abonados en 2022. Del mismo modo, sale adelante el programa de dividendo flexible en términos similares a los de años anteriores y que se instrumenta a través de dos aumentos de capital liberados. En total será un máximo de 520 millones de euros: el primer pago se efectúa a través de una ampliación de 207 millones, mientras que el segundo precisa 313 millones.
Desde el consejo se ha asumido el compromiso de mantener la remuneración al accionista en similares términos a los actuales una vez completado el traslado a Ámsterdam. Otros compromisos han sido el de mantener un canal de comunicación en España con los inversores e incluso traducir al castellano las juntas de accionistas que se celebren ya en Ámsterdam: “Allí podíamos celebrarla en inglés o en holandés, y parece mejor opción la primera”, ha ironizado del Pino.