El mandatario ya ha frenado la construcción de varios proyectos de este tipo, y en lo que va de año ha conseguido paralizar al menos cuatro en la costa este de Estados Unidos, a través de órdenes de suspensión de obras y de la retirada de permisos. Los proyectos de parques eólicos marinos crecieron durante el mandato del anterior presidente estadounidense, Joe Biden, aunque ahora se ven amenazados desde el regreso de Trump a la Casa Blanca.
Ante esta situación, algunas de las principales compañías de energías renovables están sufriendo en bolsa, como el desarrollador de parques eólicos danés Ørsted, después de que el Gobierno de Estados Unidos ordenara a la compañía detener la construcción de un proyecto casi terminado para «abordar las preocupaciones relacionadas con la protección de los intereses de seguridad nacional».
En concreto, el pasado 22 de agosto, Revolution Wind, propiedad al 50% con Skyborn Renewables, una subsidiaria de Blackrock, recibió la orden de paralización por parte de la Oficina de Administración de Energía Oceánica del Departamento del Interior de Estados Unidos (BOEM, por sus siglas en inglés).
Estas decisiones revierten el optimismo parcial que mostraron las compañías del sector a mediados del mes pasado, cuando el Departamento del Tesoro y el Servicio de Impuestos Internos (IRS) actualizó las condiciones que deben cumplir las compañías que quieran acceder a créditos fiscales para los proyectos de energías renovables.