Este resultado se encuentra prácticamente en línea con lo esperado (2,9% para la general y 3,1% para la núcleo, según el consenso de analistas de Bloomberg).
Datos
La inflación general de EE. UU. subió en agosto 0,2 p. p. hasta el 2,9% interanual (2,7% en julio), mientras que la inflación núcleo, que excluye alimentos y energía, repuntó apenas 0,1 p. p. hasta el 3,1%. En ambos casos, se encadenan cuatro meses seguidos de subidas.En términos intermensuales y desestacionalizados, tanto la general como la núcleo anotan un incremento del 0,4% (en julio, 0,2% y 0,3%, respectivamente).
Valoración
En agosto, la inflación general de EE. UU. subió 0,2 p. p. hasta el 2,9% interanual (2,7% en julio), mientras que la inflación núcleo, que excluye alimentos y energía, repuntó apenas 0,1 p. p. hasta el 3,1%. Este resultado se encuentra prácticamente en línea con lo esperado (2,9% para la general y 3,1% para la núcleo, según el consenso de analistas de Bloomberg).El análisis por componentes revela que el impacto de los aranceles sobre los precios al consumidor sigue siendo todavía moderado. Así, la inflación de los bienes industriales no energéticos repunta 0,4 p. p., hasta el 1,5% (máximo desde mayo de 2023), con una variación intermensual anualizada que alcanza el 3,4%, el segundo mayor registro del año. Tras este incremento se encuentra el avance de la inflación de los vehículos nuevos, que alcanza máximos desde enero de 2024 (0,7% vs. 0,4% interanual). Mientras, la inflación de los servicios sigue instalada en el 3,6% por quinto mes consecutivo, acusando la persistencia de la inflación en vivienda (3,6% vs. 3,7%). En suma, el dato de agosto se ha ajustado a lo esperado y sigue sin mostrar una presión preocupante de los aranceles en los precios finales. Parece que una parte importante del aumento de los costes provocado por el aumento de aranceles está siendo absorbido por los empresarios, como así parece mostrar el fuerte descenso en el componente de precios de servicios comerciales (–1,7% intermensual) de los precios de producción, medida que se emplea como indicador de la evolución de los márgenes empresariales del sector.
Además, hay que tener en cuenta que las partidas que se verían más afectadas por la subida de los aranceles representan apenas un 19% de la cesta total del IPC, lo que limitaría el impacto directo de la subida de los aranceles en la inflación. Respecto a la persistencia de la inflación en servicios, podría empezar a suavizarse en los próximos meses, dada la moderación que estamos viendo en los salarios a consecuencia del enfriamiento que está sufriendo el mercado de trabajo estadounidense.
En consecuencia, el comportamiento que está mostrando la inflación da margen a la Fed para que se centre en la situación del mercado laboral, lo que ha reforzado las expectativas del mercado de recortes de tipos. En concreto, el mercado descuenta ya totalmente un recorte de 25 p. b. en su reunión del 17 de septiembre y concede una probabilidad de más de un 80% a cada uno de los otros dos recortes de 25 p. b. en las reuniones de octubre y de diciembre. Esta consolidación de expectativas ha provocado la caída en las rentabilidades de los treasuries en todos los tramos de la curva, ligeramente más acusada en los tramos más cortos –los más sensibles a las decisiones de política monetaria–, si bien el 10 años se situó por debajo del 4,0% por primera vez desde abril.
Esta postura más dovish de la Fed contrasta con la decisión de mantener los tipos del BCE, lo que explica que el euro se apreciara en la sesión hasta superar los 1,17 dólares.