En particular, el déficit público de enero-junio, sin las CC. LL. y los gastos extraordinarios asociados a la DANA, se situó en los 26.972 millones de euros, un descenso del 9,2% respecto al déficit acumulado en junio de 2024. Así, hasta junio, el déficit público se situó en el 1,6% del PIB, una caída de 0,3 puntos respecto al 1,9% acumulado en junio de 2024. El déficit público, incluyendo las 2 décimas de gastos extraordinarios por la DANA, se situó en el 1,8% del PIB.
Hasta junio, el déficit del conjunto de las Administraciones públicas (AA. PP.), sin las corporaciones locales (CC. LL.) y el gasto relacionado con la DANA, se situó en el 1,6% del PIB (1,9% en junio de 2024).
Los datos de ejecución presupuestaria consolidados de las AA. PP. hasta junio de 2025 muestran un déficit algo menor que en el mismo periodo de 2024, gracias a la buena evolución de los ingresos públicos. En particular, el déficit público de enero-junio, sin las CC. LL.1 y los gastos extraordinarios asociados a la DANA, se situó en los 26.972 millones de euros, un descenso del 9,2% respecto al déficit acumulado en junio de 2024. Así, hasta junio, el déficit público se situó en el 1,6% del PIB, una caída de 0,3 puntos respecto al 1,9% acumulado en junio de 2024. El déficit público, incluyendo las 2 décimas de gastos extraordinarios por la DANA, se situó en el 1,8% del PIB.
Los datos de ejecución presupuestaria hasta junio reflejan que los ingresos públicos crecieron de forma dinámica apoyados en la recaudación fiscal. En particular, los ingresos públicos consolidados aumentaron un 6,9% interanual hasta junio (más que el 6,6% interanual en los primeros seis meses de 2024 y el 3,7% en el promedio de los primeros semestres en 2014-2019), claramente por encima del crecimiento del 5,4% del PIB nominal. Cabe destacar especialmente que los impuestos indirectos se están mostrando dinámicos y crecían hasta junio un 7,1% interanual frente al 6,5% del primer semestre de 2024, lo que se explica por la reversión total en los descuentos fiscales en la factura energética y los alimentos (ya hubo una reversión parcial en 2024). Por otra parte, los impuestos directos y las cotizaciones sociales avanzan a buen ritmo a pesar de una suave desaceleración respecto al ritmo de crecimiento de hace un año; la buena marcha del mercado de trabajo se ha reflejado en un pujante aumento de la recaudación de impuestos corrientes sobre la renta y el patrimonio del 8,4% interanual (+11,3 % en el primer semestre de 2024) y de las cotizaciones sociales con un crecimiento interanual del 6,2% (vs. el 7,0% en el primer semestre de 2024).
El gasto público consolidado de las AA. PP., sin el gasto extraordinario asociado a la DANA, aumentó un 5,4% interanual hasta junio (+6,5% incluyendo el gasto asociado a la DANA), por encima del 4,8% del primer semestre de 2024. A pesar de que se parte de una prórroga de los Presupuestos Generales de 2023, el gasto de determinadas partidas puede aumentar (como pensiones y salarios públicos) a través de decretos leyes. Destaca especialmente el aumento del gasto en prestaciones sociales del 6,2% interanual, que se explica en buena parte por un aumento del gasto en pensiones hasta junio del 6,3% interanual (a la revalorización de las pensiones contributivas del 2,8% hay que sumar la entrada de nuevos pensionistas y el efecto sustitución de las nuevas pensiones respecto a las que causan baja). En cambio, el crecimiento registrado en la remuneración total de asalariados públicos ha sido más contenido, del 3,0% interanual; de cara al segundo semestre, en julio es cuando entró en vigor el aumento salarial del 0,5% con efecto retroactivo a enero de 20242 y es probable que haya también un incremento de los salarios públicos adicional en línea con las previsiones de IPC, mientras que en julio de 2024 entró en vigor un aumento salarial del 2%. El gasto en intereses por su parte ha sido 1.548 millones de euros mayor en el primer semestre de 2025 que en el de 2024 (+8,4% interanual) en un contexto en el que, aunque los tipos de emisión continúan a la baja, siguen siendo superiores al coste medio de la cartera, lo que implica que este último seguirá incrementándose durante un tiempo.
Los datos de ejecución presupuestaria de la primera mitad de año son positivos. Así, todo apunta a que el déficit público en 2025 será menor que en 2024 (déficit público en 2024: 3,2% del PIB) y se podrá cumplir el objetivo del 2,8% del PIB. La mejora cíclica de la actividad, el menor impacto de compromisos de gasto derivados de sentencias judiciales3 y la reversión total de los descuentos fiscales más que compensarán el incremento de las pensiones y del gasto en defensa. Nuestra previsión de déficit para 2025 del 2,8% del PIB, en línea con las previsiones del Gobierno, está bastante centrada, aunque estos datos de ejecución introducen leves riesgos a la baja. De cara a 2026 esperamos un ajuste fiscal moderado en torno a 2-3 décimas para cumplir con las reglas fiscales, un escenario respaldado por el mantenimiento del dinamismo macroeconómico.