Esta evolución es superior a la estimación del 2,0 por ciento que realizó la Junta de Castilla y León para este año por lo que, según ha avanzado el consejero de Economía y Hacienda, Fernández Carriedo, la previsión se revisará al alza cuando se presente el techo de gasto no financiero para 2026 que tendrá lugar «en las próximas semanas».
El incremento de la economía de Castilla y León se debió al empuje del sector servicios, que creció un 3,9 por ciento (cuatro décimas menos que el mes anterior), y al tirón de la industria, que subió un 2,1 por ciento, cuatro décimas más que en el trimestre precedente, por el lado de la oferta, y al tirón de la inversión, que aumentó un 4,6 por ciento, con especial intensidad en el caso de los bienes de equipo (7,2 por ciento), por el lado de la demanda.
El aumento del PIB también se ha visto favorecido por el buen comportamiento del gasto en consumo final tanto de los hogares como de las administraciones mientras que, a diferencia de trimestres anteriores, se ha visto lastrado por el sector exterior que ha restado cuatro décimas por un mayor incremento de las importaciones respecto a las exportaciones que, no obstante, siguen al alza.
Durante la comparecencia, Fernández Carriedo, ha descartado que la ola de incendios que ha afectado este verano a Castilla y León vaya a tener un efecto negativo en el crecimiento económico de la Comunidad. En este sentido, ha señalado que las ayudas incluidas dentro del Plan de Recuperación puesto en marcha por la Junta tras los incendios ya se están pagando y generarán inversiones en estos territorios, «lo que compensará posibles daños».