El BCE ha subido las tasas en 350 puntos básicos desde julio, una cifra récord, pero las autoridades monetarias afirman que la tarea aún no ha terminado, aunque la inflación esté cayendo con rapidez, ya que persisten las presiones sobre los precios y el crecimiento salarial es el más rápido de los últimos años.
«Tenemos que seguir endureciendo la política monetaria», dijo Vasle, jefe del banco central de Eslovenia, a Reuters en los márgenes de la reunión de primavera boreal del FMI. «Es demasiado pronto para decidir el ritmo de nuestro próximo movimiento, pero las opciones que estoy considerando son un alza de 25 y 50 puntos básicos».
El BCE ha elevado las tasas al menos en 50 puntos básicos en cada una de sus seis reuniones sucesivas, pero fuentes cercanas al debate afirman que las autoridades coinciden ahora en un incremento de 25 puntos básicos el 4 de mayo, aunque el debate sigue abierto y otras opciones siguen en juego. Vasle dijo que su principal preocupación es el crecimiento subyacente de los precios, que alcanzó un récord del 5,7% el mes pasado y podría seguir avanzando.
«La inflación general está bajando, pero todos estamos centrados en la inflación subyacente, que sigue moviéndose en la dirección equivocada», dijo Vasle. «Esto, por supuesto, no es inesperado dada la rigidez del mercado laboral y unos efectos de transmisión que aún no se han materializado del todo».
Otro motivo de preocupación para las autoridades monetarias preocupadas por la inflación es el estado del mercado laboral. El empleo en la zona euro está en máximos históricos y el desempleo apenas aumentó, incluso durante los meses del invierno boreal, cuando el crecimiento casi se detuvo. «La evolución del mercado laboral y de los salarios son los factores más críticos a la hora de evaluar la inflación y tendrán una gran repercusión en nuestra decisión», afirmó Vasle.