Esta forma de movilidad, desde su implementación en nuestro país, se ha posicionado como un sistema integrado en la movilidad de cientos de miles de personas. Hoy podemos afirmar que el carsharing forma parte de la vida de quienes priorizan la movilidad compartida, sostenibilidad, la facilidad de aparcamiento, la seguridad y, sin duda alguna, la economía en sus desplazamientos cotidianos.
La integración del carsharing a la red de movilidad es amplia. Al ser tan fácilmente combinable con otros modos de transporte como el público, la bicicleta o el taxi, contribuye significativamente a reducir la dependencia del vehículo privado. Así lo confirma el más reciente barómetro del vehículo compartido que hemos presentado desde Asociación del Vehículo Compartido de España (AVCE), en el que más de la mitad de los encuestados apoya esta premisa.
De hecho, según el barómetro presentado, un 80% de los españoles considera que el carsharing es clave para transformar la movilidad urbana, un dato que refleja cómo esta alternativa de transporte ha pasado de ser percibida como una opción complementaria a consolidarse como una solución prioritaria en la transición hacia un modelo más sostenible.
Hoy día, el 18% de familias que utiliza el carsharing no dispone de un coche privado. Esto convierte a este servicio no solo en un actor indispensable que fomenta traslados urbanos sostenibles y la movilidad compartida, sino que garantiza los desplazamientos de estas familias y se ha integrado al entramado de necesidades sociales con soluciones tangibles.
A partir del amplio abanico de opciones actuales de movilidad y, la necesidad de organizarlas y regular su funcionamiento, surgió la Ley de Movilidad Sostenible en España. El proyecto de ley fue validado en diciembre de 2022 y ha sido retomado y enviado al Congreso para su tramitación urgente. Es una normativa que además forma parte del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia acordado con la Comisión Europea. En mi opinión, es una oportunidad histórica para transformar el sistema de transporte español en modelos más sostenibles, eficientes y accesibles.
Para la consecución de todos los objetivos propuestos, la ley cuenta con el carsharing como una de sus herramientas clave en la labor de promover opciones de transporte más limpias, eficientes y accesibles. Esto cobra aún más sentido al considerar que más del 66% de los vehículos de carsharing son eléctricos y todos cuentan con tecnología de seguridad avanzada. Además, constituyen una de las flotas más modernas, seguras y limpias. Ha avanzado a lo largo del tiempo y no ha parado de crecer, sin embargo, este crecimiento necesita un marco legal, la Ley de Movilidad Sostenible. Y el apoyo de las instituciones públicas y políticas con medidas que apoyen su impulso y garanticen su perdurabilidad a lo largo del tiempo.
El servicio de coche compartido es un aliado de todos los actores que hoy promueven la reducción de la contaminación, mejoras en la calidad del aire y la recuperación de espacios públicos, de las ciudades caminables, accesibles y centradas en las personas. Su uso puede llegar a reducir hasta un 25% la zona destinada a vehículos estacionados, liberando así espacio público. A diferencia del uso del coche privado, que permanece inactivo el 95% del tiempo, el carsharing optimiza los recursos al permitir que un mismo vehículo realice múltiples desplazamientos, y en muchas ocasiones con varios pasajeros a bordo que comparten el mismo vehículo
Al fomentar el uso compartido, no solo se aprovecha de manera más eficiente el parque automovilístico, sino que también se libera espacio para actividades más sostenibles y se mejora la calidad del aire en las áreas urbanas. El carsharing, bien regulado e impulsado, no es una moda pasajera: es uno de los pilares del futuro urbano.
No solo para el uso del vehículo compartido sino para todo el sistema de movilidad español, urge la aprobación de la Ley de Movilidad Sostenible que, reducirá la desigualdad de acceso entre territorios y dará más garantías ante las potenciales inversiones para el desarrollo de nuevas tecnologías. Representará además una seguridad jurídica y protección, para los operadores del servicio y también para los usuarios con una solución de movilidad conveniente, accesible y sostenible que hacen de las ciudades mejores lugares para vivir