En esta línea, el grupo mantiene las previsiones proyectadas a comienzos de año y estima cerrar el año con «500 millones invertidos». «La idea es crecer en los países en los que ya estábamos porque estamos en muchos países con una presencia testimonial, pero también crecemos en mercados donde no estamos porque vemos buenas oportunidades, como París» ha señalado González
No obstante, el directivo ha recordado que no todo son brotes verdes en el negocio al argumentar que el nuevo escenario que afronta el sector también se define por la alteración de los mercados que emiten los turistas que visitan su portfolio. Si bien ha destacado que «Reino Unido y Alemania se mantienen como los primeros mercados», también ha alertado que Estados Unidos, que venía creciendo con tasas importantes, «está incluso decreciendo ahora». El directivo ha relacionado está desestabilización con el contexto político actual y la situación del dólar.
Respecto al crecimiento que viene experimentando el sector en el marco de la recuperación de la actividad tras la pandemia, González también ha vislumbrado un cambio de ciclo. «Cuando hay un periodo de bonanza uno cree que no se agota y se está viendo que, según mi lectura, el ciclo empieza a declinar (…) no percibo una gran caída, pero sí una desaceleración, lo cual considero una obviedad» ha explicado tras detallar que el RevPAR -ingresos por habitación disponible- sigue subiendo, gracias a las tarifas, «pero a ritmo muy inferior».
Por otra parte, ha reafirmado su convicción por mantener el ritmo de aperturas en torno a los 20 establecimientos por año, tal y como se está acometiendo este ejercicio. En España, el grupo fía su crecimiento a las oportunidades que surjan tras reabrir el Felipe IV en Valladolid y el Palacio San Juan en Murcia.