BBVA está decidido a comprar Banco Sabadell y buscaría garantizarse una gestión tranquila para una compra en fases si logra ahora, al menos, un 30% con la opa. La entidad tenderá puentes con Oliu con la visión de nombrar un primer ejecutivo de la confianza de BBVA para que lleve el negocio hasta que expire el veto a la fusión del Gobierno, según fuentes conocedoras. Al grupo vasco le interesaría mantener a Oliu como el engranaje ideal para calmar los ánimos en Cataluña donde la ofensiva del grupo vasco ha topado con la oposición de las fuerzas vivas y se ha convertido en casus belli de patronales empresariales y el arco político.
La intención del banco vasco es brindar, a Oliu si el desembarco de BBVA se convierte en una realidad, la oportunidad de cerrar su larga trayectoria en el banco del Vallés facilitando una transición calmada para la plantilla y los clientes en la entidad en la que recaló en 1986 y donde asumió el relevo de su padre, Joan Oliu Pich, como consejero director general,