«Sabemos lo que ya sabíamos, que no hay nada», insiste la portavoz del Ejecutivo, que ha acabado encontrando la forma de responsabilizar al PP de las irregularidades en la empresa pública Red.es Así lo proclamó este martes la portavoz, Alegría, en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros. «Sabemos lo que ya sabíamos, que no hay nada. Sabemos y somos perfectamente conscientes de que la verdad pondrá las cosas en su sitio. Y se demostrará lo que ya sabíamos: que Begoña Gómez es inocente».
Curiosamente, estas declaraciones tenían lugar pocas horas después de que el organismo dependiente del Ministerio de Hacienda apreciara en un informe de 303 páginas remitido a la Fiscalía Europea (al haber fondos de la UE afectados) que existieron múltiples irregularidades en las adjudicaciones de Red.es a la empresa de Barrabés, amigo de la mujer de Sánchez. Y de que los investigadores de la Guardia Civil demostraran, a través del análisis de 121 correos electrónicos intercambiados entre la exasesora de Gómez y el entonces vicerrector de la Complutense, que ésta trabajó intensamente para los negocios privados de Gómez. No de manera puntual por hacer un favor a su amiga, como ella había declarado ante el juez Peinado.
Sobre lo priemro, Alegría se felicitó de que las «observaciones e irregularidades» señaladas por la Intervención General «en ningún caso implican delito alguno». Y añadió que éstas se ciñen al procedimiento de contratación de Red.es y no a las cartas de recomendación de la mujer del presidente. Procedimiento que, según el Ejecutivo, es el que es desde el año 2011 Red.es ha resuelto 1.610 expedientes. Y para la portavoz además en 14 años, ni la Intervención del Estado, ni el Tribunal de Cuentas, ni tampoco las auditorías externas habían cuestionado el sistema.
Fuentes gubernamentales añadieron después que el informe de la IGAE da «máxima tranquilidad» al Gobierno porque no señala «en ningún momento» la participación de Begoña Gómez en las adjudicaciones a la empresa de su amigo, ni la menciona siquiera. Según las mismas fuentes, las cartas de recomendación que ella escribió ni siquiera entraban en este procedimiento porque fueron descartadas, al no venir de una empresa tecnológica sino de la directora de una cátedra extraordinaria de la Complutense.
Con esa misma indolencia desde el gobierno se señala que los correos electrónicos enviados por la exasesora de Gómez, Álvarez, se enviaron desde una cuenta de Gmail, no desde su cuenta oficial de la Moncloa. «No aparecen el nombre del Gobierno de España ni del presidente por ningún lado. Estamos donde estábamos hace un año y medio. El final siempre ha sido el mismo: que no hay nada, y no hay nada porque no hay nada que encontrar». «Las parejas de los presidentes del Gobierno han tenido asistentes siempre. Lo único que cambia es que, por primera vez, se conoce el nombre de la persona en este caso. En otras épocas no era solo un asistente, eran más».
Y dando una vuelta de tuerca a esta burda disculpa, insistieron, en que Álvarez cumplió las tareas que tenía asignadas como asesora de la mujer del presidente, y que lo que hiciera con su correo personal era cosa suya. «¿Puede un diputado del PP acabar su jornada e irse a Génova (donde está la sede nacional del partido) a trabajar para el partido?, Sí, ¿verdad?».
Y todos tan contentos, aquí no pasa nada y el juez Peinado es un indocumentado metido a perseguidor de la esposa del presidente.