Aunque aún quedan por aclarar los plazos y el alcance de la intervención estadounidense, el compromiso de Washington con Argentina ofrece al Gobierno de Milei un respaldo para afrontar las elecciones con un menor riesgo de nuevas turbulencias en los mercados financieros.
Para las elecciones de mitad de mandato, los inversores esperan la victoria del partido de Milei a escala nacional. Sin embargo, a la luz de las perspectivas electorales menos favorables para el actual presidente —tras las elecciones de septiembre en la provincia de Buenos Aires— y teniendo en cuenta que la presión sobre la liquidez se ha atenuado gracias al apoyo estadounidense, hoy en día no parece necesario un triunfo aplastante para garantizar la gobernabilidad del país: bastaría con un resultado equilibrado, en el que el partido presidencial supere a los peronistas.
El apoyo financiero de Estados Unidos, aunque importante, no basta para definir un marco de inversión creíble a medio plazo. Tras las elecciones, la atención del mercado se centrará en la capacidad del Gobierno para alcanzar acuerdos con las fuerzas centristas con el fin de asegurarse la mayoría parlamentaria, así como en la estrategia para recuperar el acceso a los mercados. También será crucial una revisión del marco monetario que permita al Banco Central (BCRA) acumular reservas de forma más agresiva y adoptar una mayor flexibilidad en el tipo de cambio.