Sin embargo, los mercados lo encajaron con normalidad, ya que las bolsas siguieron registrando máximos históricos y los tipos de los bonos del Tesoro se mantuvieron estables, al igual que el dólar estadounidense frente a la mayoría de sus pares. De hecho, los movimientos semanales de las divisas fueron de los más moderados que hemos visto en todo el año. El movimiento más pronunciado en el G10 lo protagonizó el yen, que está cayendo con fuerza tras la victoria de Takaichi, candidata de derechas y partidaria de estímulos.
Estando los demócratas y republicanos aparentemente atrincherados en sus posiciones, la principal pregunta que se plantean los inversores es cuánto tiempo puede prolongarse el cierre de la Administración estadounidense antes de que comience a causar un daño económico real, de forma directa y por la incertidumbre causada por el retraso de las publicaciones económicas. Por ahora, los mercados se mantienen optimistas. La agenda de publicaciones económicas de esta semana sería inusualmente ligera incluso sin el cierre de la Administración estadounidense, por lo que los mercados no tendrán más remedio que seguir de cerca los titulares sobre las negociaciones presupuestarias en Washington.
EUR
La inflación general de septiembre se situó en el 2,2 % y la subyacente en el 2,3 %; esta última cifra se ha mantenido estable durante los últimos cinco meses. Con estos datos de inflación y unos índices PMI que apuntan a una expansión sostenida pero modesta, en nuestra opinión, el BCE puede permitirse mantener los tipos en el 2 % en el futuro inmediato.
Mientras tanto, el culebrón político en Francia ha dado lugar a otra trama absurda, después de que el primer ministro Sebastien Lecornu dimitiera este lunes, un día después de que Macron nombrara su nuevo gobierno. Los rendimientos de los bonos soberanos franceses se han disparado esta mañana, dado que los mercados han aplicado una nueva prima de riesgo a los activos franceses. En ausencia de publicaciones económicas de interés o noticias sobre políticas en el bloque común, este será probablemente el principal acontecimiento para el euro en los próximos días.
USD
El cierre del Gobierno ha privado a los mercados de información crucial sobre el estado de la economía estadounidense, y ahora tenemos que basarnos en datos menos concluyentes generados por el sector privado, como las cifras del PMI. El dato más importante publicado la semana pasada fue el del informe de creación de empleo del sector privado en septiembre elaborado por ADP, que fue algo desalentador, reflejando una destrucción de puestos de trabajos. Dicho esto, este indicador a menudo no coincide con el dato de empleo más influyente publicado por la Oficina de Estadísticas Laborales y aunque no fue ignorado por completo, su impacto en el dólar fue relativamente limitado.
Al no haberse publicado el dato de nóminas no agrícolas el viernes pasado, el mal sabor de boca que ha dejado la pésima cifra de ADP perdurará, y cuanto más se prolongue el estancamiento, más difícil será obtener una lectura clara del estado de la economía estadounidense. Las previsiones en tiempo real de la Fed de Atlanta para el crecimiento del tercer trimestre apuntan a una fuerte expansión de casi el 4 % anualizado, a pesar de la innegable ralentización en la creación de empleo, lo que sugiere que esta última se debe a la reducción de la oferta de mano de obra y no a un colapso de la demanda de trabajadores.
GBP
Los PMI de actividad empresarial de septiembre fueron más débiles de lo esperado la semana pasada, habiendo caído el índice compuesto ligeramente por encima del nivel 50, que separa el crecimiento de la contracción. Los datos sugieren que la economía británica está creciendo a un ritmo lento, inferior al 1 %, incluso cuando la inflación se mantiene en torno al 4 %. Describiríamos esto como una forma leve de estanflación: una economía con bajo crecimiento, alta inflación (pero también bajo desempleo).
Este contexto económico casa con los niveles actuales de la libra esterlina, pero el riesgo extremo sigue siendo que los temores en torno al próximo presupuesto de otoño provoquen otra caída en el mercado de bonos del Estado. La tarea de equilibrar las cuentas públicas se hizo aún más difícil el viernes, tras la rebaja de las previsiones de productividad del Reino Unido por parte de la OBR, lo que podría haber contribuido a abrir un agujero de 30.000 millones de libras en las finanzas públicas británicas. Por ahora, la libra se mantiene relativamente estable, pero esto podría cambiar si los mercados temen que se produzcan nuevas subidas de impuestos en el futuro de forma perpetua.