En un mes tradicionalmente complicado para el mercado laboral como es septiembre, la Comunidad de Madrid ha registrado el mejor septiembre en afiliación a la Seguridad Social y ha reducido el paro en más de 2.000 personas, desmarcándose de la tendencia histórica y revirtiendo los datos adversos de agosto, con la finalización de los contratos ligados a la temporada estival. Este comportamiento refuerza la posición de Madrid como motor económico y laboral de España, y evidencia la solidez de su tejido productivo y empresarial.
La región ha cerrado septiembre con 278.056 personas en paro, lo que supone 2.034 menos que en agosto, una caída del 0,73%. Aunque el dato pueda parecer modesto, su valor es muy significativo: septiembre suele registrar aumentos del desempleo, consecuencia de la finalización de muchos contratos temporales de verano, especialmente en el sector turístico. En esta ocasión, sin embargo, el impulso en la contratación educativa y en otros servicios profesionales ha compensado ese efecto estacional, manteniendo la senda de crecimiento del empleo iniciada meses atrás.
En comparación con el mismo mes del año anterior, la mejora es aún más destacable. Madrid tiene 13.614 desempleados menos que en septiembre de 2024, una reducción interanual del 4,67%. Esta evolución confirma que la región no solo está recuperando la normalidad tras el ciclo inflacionista y las tensiones económicas globales, sino que está consolidando un patrón de crecimiento más estructural y menos dependiente de la temporalidad.
La afiliación a la Seguridad Social es otro reflejo de esta dinámica positiva. Con 45.903 cotizantes más en septiembre, la Comunidad alcanza la cifra récord de 3.779.782 afiliados, un 1,23% más que el mes anterior y un 2,87% más que hace un año. Es el mejor dato de creación de empleo en un mes de septiembre —excluyendo el periodo de la pandemia—, lo que muestra que el tejido empresarial madrileño no solo recupera empleo, sino que lo genera con bases sólidas.
Y es cierto que esta tendencia ha tenido su reflejo también en la media nacional, con un comportamiento del empleo también favorable, aunque más moderado. La construcción, en particular, ha liderado la mejora del empleo con una caída del 2,59% en el número de parados del sector.
Estos datos, en apariencia técnicos, encierran una lectura más profunda. En el caso madrileño, la evolución del mercado laboral no puede entenderse sin la conjunción de varios factores. Por un lado, la diversificación sectorial de la economía regional, donde conviven sectores tradicionales con un peso creciente de las actividades de alto valor añadido —tecnológicas, científicas, sanitarias, financieras o vinculadas a los servicios profesionales—, contribuye a mitigar los efectos estacionales y a generar empleo de mayor calidad. Por otro, el entorno empresarial dinámico y abierto a la inversión favorece la creación de nuevas oportunidades y la atracción de talento, tanto nacional como internacional.
Porque los buenos datos del empleo son el reflejo del esfuerzo diario de las empresas madrileñas, que apuestan por la innovación, la formación y la internacionalización como vías para crecer y seguir generando oportunidades. La Cámara trabaja precisamente para reforzar ese compromiso, impulsando su crecimiento, innovación e internacionalización desde el nacimiento de sus ideas hasta su consolidación, conectando el talento empresarial con los recursos, oportunidades y alianzas necesarias, y actuando como puente eficaz entre el sector privado y las administraciones públicas.
A todo ello se suma un elemento diferencial: la confianza. La estabilidad institucional, la claridad regulatoria y la orientación proempresa de las políticas públicas madrileñas han reforzado la percepción de Madrid como un lugar propicio para emprender, invertir y crecer. Esa confianza se traduce en decisiones reales de contratación y de expansión empresarial que se reflejan mes a mes en los datos.
No obstante, el desafío no está superado. Persisten brechas importantes: la temporalidad, aunque en descenso, sigue siendo elevada en determinados sectores; la brecha de género continúa limitando el potencial del mercado laboral; y la productividad necesita mejorar para acompañar el crecimiento del empleo con aumentos sostenidos de competitividad. La transición energética, la digitalización y el envejecimiento poblacional plantean además nuevos retos que exigirán una adaptación constante de las políticas de formación y empleo. Superar estos desafíos requiere un esfuerzo compartido entre instituciones, empresas y trabajadores.
Desde la Cámara de Comercio de Madrid, consideramos que los datos de septiembre deben interpretarse como una señal de confianza, pero también como un estímulo para seguir avanzando. La región dispone de un ecosistema empresarial sólido, una red de infraestructuras competitiva y un capital humano de primer nivel. Madrid cuenta con los recursos, el talento y el liderazgo necesarios para afrontar ese futuro con garantías. La clave estará en mantener un entorno estable, previsible y favorable a la inversión, que incentive el crecimiento de las empresas y consolide un empleo de calidad.
Aprovechar este contexto requiere también seguir apostando por la formación profesional y la recualificación continua, fomentar la colaboración público-privada y mantener un marco estable y previsible para las empresas. Más allá de la coyuntura, deben servirnos como impulso para avanzar hacia un modelo de crecimiento inclusivo, competitivo y sostenible, que refuerce la posición de Madrid como centro neurálgico del progreso económico y social de España.
En definitiva, Madrid confirma una vez más su capacidad para generar empleo incluso en un contexto incierto, consolidando una tendencia de crecimiento sostenido que la posiciona como referente del dinamismo económico español. Pero la verdadera fortaleza de un mercado laboral no se mide solo en la cantidad de empleos creados, sino en la calidad y sostenibilidad de los mismos y en la estructura y el tejido productivo y de servicios que los sostienen. Esa debe ser la prioridad compartida por instituciones, empresas y sociedad.
Los datos de septiembre nos ofrecen un motivo legítimo para el optimismo. Ahora el reto está en convertir ese impulso coyuntural en una estrategia estructural de empleo y competitividad, que permita que el liderazgo de Madrid se traduzca en prosperidad duradera para todos.
Desde la Cámara de Comercio de Madrid seguiremos trabajando con ese objetivo: apoyar a las empresas, impulsar la competitividad y favorecer la creación de empleo. Porque cuando Madrid crea empleo, crece España.