El presidente ha recriminado a Núñez Feijóo, que el informe de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil no hace en ningún momento alusión a que el PSOE incurriera en un delito de financiación ilegal. En concreto, Sánchez ha citado la página 28 del documento donde los investigadores explican cómo la trama de corrupción que investiga el Tribunal Supremo usó la estructura del partido para blanquear dinero negro mediante el método de pasar gastos de representación para que luego el partido se lo reintegrara.
Sánchez, no quiso contestar a las preguntas de Feijoo y se limitó a decir, «Le recomiendo leer la página 28 del informe de la Guardia Civil. Sus acusaciones son absolutamente falsas. Elija bien sus batallas». Pero la lectura literal de esa página no exonera al PSOE sino que describe un mecanismo financiero que podría encajar con un circuito de blanqueo dentro de la propia estructura del partido. El documento señala que la UCO ha analizado los movimientos de las cuentas bancarias del PSOE y de Ábalos. En esa página 28 se afirma que, durante la etapa de Ábalos como diputado y miembro del Grupo Parlamentario Socialista, su nómina oficial se ingresaba en una cuenta del PSOE, desde la que se abonaba al entonces parlamentario «una cantidad neta inferior a la declarada a la Agencia Tributaria», mientras que el resto del dinero era retenido por el partido.
El informe añade que «se aprecia correspondencia entre la información aportada por el PSOE y los movimientos bancarios analizados» y que el partido justificó esa retención alegando que correspondía a donaciones o aportaciones internas de los diputados al grupo parlamentario. Sin embargo, el análisis de la Guardia Civil introduce un matiz: parte de esos fondos fueron utilizados para reintegrar a Ábalos gastos personales y dietas que no constan como devueltas al Tesoro ni declaradas ante la Agencia Tributaria. Es decir, el partido habría servido de intermediario para la circulación de dinero que no fue registrado como ingreso legal, un patrón clásico de blanqueo de capitales a través de estructuras políticas. En palabras de los investigadores, «la suma de las cantidades declaradas como donaciones, junto con los ingresos netos percibidos de la cuenta vinculada al PSOE, coincide con los abonos observados en las cuentas personales del investigado».
Sánchez trató de presentar esa observación como una prueba exculpatoria cuando en realidad la Guardia Civil está describiendo un circuito económico cerrado entre el partido y un miembro de la trama, en el que se diluye el origen de los fondos. No se trata de un párrafo que desvincule al PSOE sino de una constatación de que el dinero de las mordidas pudo haber entrado en la contabilidad del partido como aportaciones legítimas y salido después en forma de reintegros. Esa dinámica, según fuentes de la investigación, permitía que las sumas procedentes de los contratos amañados se mezclaran con las aportaciones ordinarias de los diputados, generando una capa de opacidad que hacía casi imposible rastrear el origen del efectivo. El propio informe subraya que «los importes correspondientes a préstamos, impuestos, recibos y comisiones se encuentran justificados» pero no así las devoluciones de gastos y dietas, donde se observa un modus operandi irregular «con cuantías que no coinciden con los registros fiscales».