Tal y como se encuentra actualmente la nueva normativa europea, los coches pequeños se verían obligados a introducir complejos sistemas de reducción de emisiones que hoy no tienen ya que, al ser pequeños, de por sí emiten menos que los grandes. En un coche de pequeño tamaño de una marca generalista, el coste de introducir estos catalizadores podría hacer que estos vehículos dejen de ser atractivos para el público general, según las automovilísticas. “El nivel de inversión y de coste para el cliente puede ser de 2.000 euros. Si el parque automóvil español ya de por sí no se está renovando, siendo uno de lo más viejos de Europa, no se va a renovar si se sube el precio de los coches en 2.000 euros. Las repercusiones de la norma pueden ser enormes para el país”, ha explicado Griffiths.
Esta normativa se supone que deberá de entrar en vigor a mitad de 2025, pero el sector confía en que el debate se alargue y haya una prórroga. El presidente de Foment del Treball, Sánchez Llibre, señaló la semana pasada que confía en que la norma se retrase a 2027, dando así dos años más de margen al sector, que se queja tanto del poco margen que resta hasta la entrada en vigor de la norma como del poco tiempo en que estará funcionando, ya que se supone que en 2035 ya no se podrán matricular vehículos de combustión (con la excepción de los coches que usen combustibles sintéticos, una tecnología demasiado cara aún). En este sentido, Acea, la patronal europea de fabricantes de coches, ha indicado este martes que en 2035, solo un 10% del parque automóvil (31,7 millones de coches) europeo serán vehículos de combustión sujetos a la norma Euro 7. La mayoría, indica Acea, serán de cero emisiones, con 162,8 millones de unidades, seguido de un gran grupo de vehículos, unos 117,5 millones, que matriculados bajo la Euro 6 o anteriores.
“Un estudio reciente estima que esto dará como resultado una reducción máxima del 4% en las emisiones de óxido de nitrógeno. A pesar de los beneficios ambientales mínimos, los estándares Euro 7 tendrían repercusiones significativas para las inversiones de consumidores y fabricantes en tecnologías de cero emisiones”, ha dicho Acea. Por su parte, la asociación ecologista Transport & Environment aboga por endurecer la normativa Euro 7. “A pesar de la eliminación gradual de los automóviles con motor de combustión interna en 2035, se venderá una gran cantidad de vehículos de combustión altamente contaminantes en Europa antes de su eliminación gradual. La única forma de abordar su contaminación es a través de nuevos y ambiciosos estándares de emisiones contaminantes en la Euro 7″, indicó el pasado mes de noviembre Transport & Environment, que alertó de que cada año mueren 70.000 europeos como consecuencia de la contaminación del aire producida por los coches.