Fiel a su respeto por la tradición italiana, juega tanto a combinarlos con sus pastas, ya sean secas di Gragnano IGP o frescas artesanales, como a emplearlos de ingredientes en las pizzas que se elaboran al amor de la leña en su celebérrimo horno.
Precisamente una de las novedades es la pizza de calabaza, una creación que une tradición e ingenio y que llega justo a tiempo para celebrar Halloween, esa tradición foránea adoptada ya en Italia y España. Suave, cremosa y con un punto dulce inesperado, combina la calabaza mantuana asada con guanciale crujiente, gorgonzola, pecorino y crumble de galleta amaretto, todo sobre una masa negra —elaborada con varias harinas y carbón vegetal activo— que se leuda durante horas para que sea ligera y digestiva. Un guiño divertido y otoñal que demuestra que la pizza también puede reinventarse sin perder su alma napolitana. Estará disponible los últimos días de octubre hasta el 2 de noviembre, Día de los Difuntos, una fecha mucho más señalada en el calendario italiano que el popular Halloween.
Tras ese arranque festivo, las nuevas propuestas continúan con los ravioloni rellenos de trompetas de la muerte y queso taleggio DOP, coronados con trufa negra de temporada, fresca y recién llegada de Italia, un plato rotundo que resume en cada bocado el bosque mediterráneo de la Campania. También destacan las pappardelle con salsiccia y funghi porcini, pura herencia de las nonne napolitanas: pasta fresca al huevo sublimada con el perfume de las setas boletus y portobello salteadas, a la que se puede añadir trufa de manera opcional.
Como siempre, Luna Rossa mantiene su apuesta por la pasta di Gragnano IGP, elaborada según la tradición y considerada una de las mejores del mundo. Desde los spaghettoni alle vongole –aquí con auténticas almejas gallegas— hasta las candele al ragù napoletano (cocinado durante diez horas como mandan los cánones de la antica ricetta), cada plato refleja respeto por el producto y un dominio absoluto del punto de cocción.
El viaje gustativo prosigue con platos que apuestan por los productos con sello de origen de la despensa más noble de Italia combinados con producto local español: desde el risotto con gorgonzola DOP, avellanas biológicas y trufa negra hasta la tagliata Toscana, hecha con lomo bajo de vaca rubia gallega, queso provola di Agerola, trufa negra, pimientos de Padrón y tomatitos cherry del Vesubio.
Y para cerrar el festín, clásicos italianos que nunca fallan: tiramisù, pannacotta, babà napoletano con chantillí y fresitas salvajes o los cannoli siciliani recién rellenos. Un final perfecto para una cocina, la de Luna Rossa, que no sólo se come: se vive, se celebra y se comparte.
Luna Rossa
San Bernardo, 24
